ORIGEN
Y CREACIÓN
UNIVERSIDAD NACIONAL SAN MARTÍN
TERCERA
PARTE Y ÚLTIMA
Por Carlos Villacorta Valles
odesi12@yahoo.es
LA PRIMERA PARTE: informaba
sobre mi llegada, en 1973, a la Normal “Virgen Dolorosa” de Tarapoto (hoy
instituto pedagógico). Dirigida por el sacerdote español, Javier Burgoa. Y,
cómo nos maltrataba.
LA SEGUNDA PARTE: cuento las
coordinaciones, a principios de 1974, con los estudiantes de las aulas de la
normal, para forjar el Consejo de Estudiantes. Luego, las fructíferas
coordinaciones con los estudiantes de 4º y 5º de secundaria de los colegios de
Tarapoto para impulsar todo un movimiento estudiantil PRO UNIVERSIDAD NACIONAL
PARA SAN MARTÏN. En octubre organizamos los Consejos de Estudiantes secundarios
en cada colegio; todos juntos en la Comisión de Coordinación y Unificación
Estudiantil (CCUE) de Tarapoto. Finalmente en mayo 1975, logramos organizar la
Comisión Coordinadora Departamental de Estudiantes (CCDE); en un magno evento
departamental llamado “I Encuentro Departamental de Estudiantes”, donde fui
elegido Presidente. Se hicieron grandes movilizaciones locales y
departamentales y, como no nos hicieron caso, se tomó la Zona de Educación.
Vino la guardia de asalto de Iquitos Apresaron estudiantes y nos perseguían. El
pueblo de Tarapoto y Lamas hicieron una grandiosa Asamblea Popular. Fueron
brutalmente reprimidos, pero se logró que se forme una COMISIÓN DE ANCHA BASE
PRO UNIVERSIDAD PARA SAN MARTÍN.
TERCERA
PARTE: ELUDIR LA PERSECUCIÓN
Después de retirarnos
ordenadamente de la toma de la Zona de Educación, me dirigí a mi pensión. Estaba
rodeada de guardias. Me esperaban, no con buenas intenciones.
Por la huerta de la vecina
de enfrente, llegué a su casa; quien asustada me refirió las noticias que corrían
por el pueblo: a los dirigentes nos estaban buscando vivos o muertos. Si no
aparecíamos, iban a buscarnos casa por casa. Nuestra vida fue fantasía y
realidad. Juzguen ustedes…
Llamé a Lindey (Que en paz
descanse), vivíamos en la pensión. A Edwin y Lionel que estaban en la huerta de
la señora. Organizamos la salida de la casa.
La vecina cumplió bien su
papel. Logró que la dueña de la pensión pusiera su camión grande a nuestra
disposición. Lleno de algodón y ropas, pasó lentamente por la casa. Nosotros
saltamos del segundo piso. Los policías conversando entre ellos, ni cuenta se
dieron. Terminamos en la chacra de la dueña de la pensión, a 5 kilómetros de
Tarapoto. Al siguiente día, por radio nos enteramos de la Asamblea Popular, por
la noche. Arriesgar: llegar de sorpresa a la Asamblea y participar.
EN
LA BANDA DE SHILCAYO:
Subrepticiamente llegamos a
la Banda de Shilcayo. Nos instalamos en la Casa de Lionel. Los Guardias de Asalto
estaban por todos lados.
7pm., hora de la Asamblea.
Salimos rumbo a la Plaza, sorteando el río Shilcayo. Por las calles patrullaban
los policías. Tuvimos que bajar para entrar por el barrio Huayco, pues había
más selva. En el camino nos topamos con dos guardias. No sé qué hacían con una
niñita. Al vernos, hicieron disparos al aire. Sentimos los pasos apresurados de
los policías detrás de nosotros. Llegamos al río y, en vez de cruzar, subimos
río arriba y nos escondimos detrás de unos arbustos, porque escuchamos que
llegaron al río. Entre indecisos, ellos, cruzaron el río y siguieron para
adelante. Con sumo cuidado llegamos al puente que cruza a Tarapoto. Una
patrulla estaba ahí. Nos deslizamos uno por uno. Llegamos a la casa sin
novedad.
Por radio escuchamos la
masacre de la Plaza de Armas.
REGRESO
A MI PENSIÓN:
Al siguiente día, decido ir
a mi pensión. En el camino, pasa en moto una profesora amiga del cura. Me
reconoce. Temiendo lo peor, busco la casa de una compañera estudiante de
secundaria que, justo estaba en la cuadra; sin importarme que su papá fuera
policía. Toqué la puerta. Entro de un salto para sorpresa de la compañera. Su
papá estaba desayunando. Vi su semblante que cambia, eleva sus cejas, tenso el
rostro como diciendo “caíste en la boca del lobo”; se para sorpresivamente, es
cuando mi compañera reacciona y se pone frente a su papá y le dice: “¡papá!”,
“yo también estuve en la Zona de Educación”. “Nadie encerró a ese señor en el
baño, él solito se escondió”. Pero hija, es mi obligación… no papá; si le
entregas le van a meter a la cárcel, porqueee… además, él es mi enamorado. Mi
compañera avanza hacia a mí, me abraza y me besa en la boca. En eso tocan la
puerta insistentemente.
¡Papá, por favor! -Suplica
mi compañera-. Llévale a tu cuarto, -dice a su hija-, acercándose a la puerta.
¿Colega? -Le saluda el
guardia que dirigía-. Estamos revisando todas las casas de la cuadra Una
profesora vio por acá al fugitivo Villacorta.
¡Vaya! Como pueden ver es
imposible que se esconda en la casa de un policía. Puede ser, le dice el
guardia, porque en esta ciudad nadie sabe de ellos, o los están escondiendo. Lo
demostraron ayer en la Plaza.
Pase, entonces, colega, le
dice el papá. No, no te preocupes. Los guardias se retiran amistosamente.
El papá abre la puerta del
cuarto sorpresivamente, entra, y me da la mano: Te felicito muchacho. No es la
forma como están pidiendo una universidad, pero quien no va a estar de acuerdo.
Puedes quedarte hasta que se calme la calle, porque creo van a ser amnistiados;
casi todo Tarapoto lo está pidiendo, indignados por lo que sucedió en la Plaza
de Armas. Los cachacos de Iquitos los metieron bala a pesar que la Asamblea era
pacífica.
Al medio día, radio tropical
anunció el nombramiento de la Comisión de Ancha Base y nuestra amnistía. Que podíamos
volver a nuestra casa. Que los estudiantes regresan de Iquitos.
Mi compañera y yo nos
alegramos. Almuerza, antes de irte. Me dijo.
ALGUNAS
MUESTRAS DE SOLIDARIDAD:
En la normal nos recibieron
con gran algarabía, la prensa buscaba entrevistas. Los estudiantes nos reunimos
en una gran fiesta de celebración.
Sin embargo, a fines de
1976, el cura, con el Director de la
Zona de Educación, Patricio Huarcaya, me expulsaron definitivamente de mi casa
de estudios, “por atentar violentamente contra una representación ministerial,
y, haber creado el caos en la normal”. Nada pudimos hacer.
En Moyobamba, reitero. Conocí
a Edgardo Vásquez Arbildo, cuando asistí a su programa: “Ventana Popular”, por
radio: “La Voz del rio Mayo. Gracias a ellos me gradué.
A Edgardo, lo volví a ver
después de 24 años, el viernes 27 de agosto 2010, en la Casona de San Marcos, a
donde asistió para dar una conferencia sobre el Centenario del Nacimiento de
Francisco Izquierdo Ríos. Al término de su conferencia, me acerqué y le
obsequié mi primer libro. No me reconoció. Joven, me dijo, ponle su dedicatoria.
Al leer, Carlos Villacorta Valles, me miró sorprendido. Nos dimos un abrazo
inmenso de grandes amigos.
REITERO
INVOCACIÓN:
PRIMERO: a
la Universidad Nacional San Martín, que contemple el origen y creación de la
Universidad, LA LUCHA ESTUDIANTIL PRO UNIVERSIDAD.
SEGUNDO: a
todos los que escriban la historia de las luchas populares en San Martín, que
incluyan esta heroica lucha estudiantil.
TERCERO: a
los jóvenes, a investigar y leer. Los jóvenes que leen están hermosamente
condenados a ser libres.
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