Las novelas pueden encarar los eventos directamente o hacerles referencia, pero todas surgen de una atmósfera cambiada y cargada.
La imaginación irrumpió donde la no ficción no pudo explicar lo inexplicable. Las novelas del 11 de setiembre se unen a una tradición tan antigua como la literatura.
Entre estas novelas, “Falling Man”, de Don DeLillo, lleva a los lectores a las mismas aviones condenadas a la destrucción.
“Saturday”, de Ian McEwan, y “Let the Great World Spin”, de Colum McCann, ocurren décadas antes a los ataques o en distintos continentes. “Shalimar the Clown”, de Salman Rushie, explora el ímpetu del terrorismo islámico.
Mientras escritores y lectores se conectan, las novelas del 11 de setiembre son en parte una forma de sanar.
Leer estas novelas también puede ser un acto de contraterrorismo literario: una reivindicación de la narrativa.
Luego de la cataclísmica alteración del horizonte de Manhattan, llegó una nueva historia resucitada.
LA SELECCIÓN
A continuación 10 novelas del 11-S que valen la pena.
“Saturday”, de Ian McEwan (británico), 2005. Título en español: “Sábado” (Anagrama).
El 15 de febrero del 2003 (el día de la protesta contra la invasión de Iraq), el neurocirujano Henry Perowne despierta de madrugada y cree ver en el cielo un avión envuelto en llamas. Así se inicia esta novela del británico Ian McEwan sobre el miedo de la sociedad posterior al 11 de setiembre.
“Extremely Loud and Incredibly Close”, de Jonathan Safran Foer (estadounidense), 2005. Título en español: “Tan fuerte, tan cerca” (Lumen).
Oskar, un niño de 9 años, cuyo padre murió en el atentado a las Torres Gemelas, emprende una búsqueda por Nueva York (y por Internet) para tratar de explicarse el mundo que le ha tocado vivir.
“Falling Man”, de Don DeLillo (estadounidense), 2007. Título en español: “El hombre del salto” (Seix Barral).
Un hombre sobrevive a los atentados del 11 de setiembre. Herido y con la ropa llena de polvo, llega sin saber por qué hasta la casa de su esposa, de quien estaba separado hacía ya bastante tiempo.
“Shalimar the Clown”, de Salman Rushdie (indio-británico), 2005. Título en español: “Shalimar el payaso”.
Narra la vida de un joven islámico que se convierte en terrorista para vengar el adulterio de su esposa.
“The Good Life”, de Jay Mclnerney (estadounidense), 2006.
Es una secuela de la anterior novela de McInerney (“Brightness Falls”), que transcurre antes, durante y después de los atentados del 11 de setiembre.
“Netherland”, de Joseph O’Neill (irlandés-estadounidense), 2008.
Una novela de inmigrantes europeos y centroamericanos (el encantador personaje Chuck Ramkissoon) que tratan de buscarse un lugar en Nueva York tras los atentados.
“Snow”, de Orhan Pamuk (turco), 2004. Título en español :“Nieve” (Alfaguara).
Muestra una imagen desolada de la Turquía contemporánea. La novela se inicia con el trasfondo inquietante de las jóvenes islamistas que se suicidan antes de quitarse el velo para asistir a los centros educativos.
“The Reluctant Fundamentalist’’, de Mohsin Hamid (británico-paquistaní), 2007. Título en español: “El fundamentalista reticente” (Tusquets).
Narra la historia de Changez, un joven pakistaní que cuenta cómo su exitosa vida en Nueva York se viene abajo tras los atentados del 11-S, en medio de una atmósfera de desconfianza y resentimiento que ya estaba latente antes de los ataques.
“Let the Great World Spin”, de Colum McCann (irlandés – estadounidense), 2009. Título en español: “Que el vasto mundo siga girando” (RBA).
Una novela coral, cuyas historias se inician el 7 de agosto de 1974, cuando el equilibrista francés Philippe Petit caminó sobre un cable tendido entre las Torres Gemelas del World Trade Center ante miles de espectadores y curiosos. Historias cruzadas al estilo cinematográfico.
“The Emperor’s Children”, de Claire Messud (estadounidense), 2006. Título en español: “Los hijos del emperador” (RBA).
Una novela que explora la vida de los jóvenes neoyorquinos del nuevo siglo, muchachos que buscan un sitio en la Gran Manzana cuando todo en la ciudad se interrumpe de pronto una mañana del 11 de setiembre del 2001.
(*) Escritora y editora, vive en Tel Aviv, Israel. El 11 de setiembre del 2001, Kamin, en ese entonces en su primera semana de la universidad, se quedó dormida para una clase de las 9:30 a.m. y se enteró de la noticia al revisar su correo electrónico. Cuatro años después, a ella y a sus compañeros de generación se les llamó “la clase del 11-S”. Su primera semana, afirma, se convirtió en el sello distintivo de su educación universitaria.