Poesía Planetaria
Heródicamente sangriento
el capital flamea su ismo.
Sin importar el mañana,
como estúpida alimaña,
enciende el follaje
para extraer el potaje
intoxicándose de monedas.
Los dardos de humo Co2
hieren al mundo y sus tratados,
trituran su verde fertilidad
y calientan sus arterias cósmicas.
Luego el deshielo planetario
trastorna el mar y su poesía,
ensangrentando sus alas
desnudas de playa.
Tiernos como frágiles mariposas,
caen primero los niños y las hojas.
Los árboles sacuden su cabellera ploma,
tristes se echan al hombro sus raíces
y se pierden en el horizonte.
Poesía planetaria,
lanza tu grito matorral,
organiza las orillas de los ríos
y establece el mañana verde.
No nos quedemos a esperar.
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