LAS
AFECCIONES DE LA SALUD MENTAL
DE LOS QUE GOBIERNAN, REPERCUTEN
EN LA
CULTURA Y EDUCACIÓN
Por Carlos Villacorta Valles
odesi12@yahoo.es
Hoy jueves 22/08/24 lo adquieres con el
diario AMANECER-Moyobamba
Enfermos de poder han hecho del Perú un meme.
La mayoría sufre del síndrome de hybris o hibris. Viene del
griego ὕβρις hýbris, traducido significa: desmesura del orgullo y la
arrogancia, trastorno metal que te lleva al individualismo, egoísmo, soberbia,
falta de escrúpulos, autoritarismo, deshonestidad, no les importa el dolor que
causan.
¿QUÉ VEMOS
EN LOS POLITIQUEROS QUE GOBIERNAN?
En el 99% de ellos observamos: adicción a la
codicia y la corrupción. Individualismo, engaño, cinismo, voracidad por los
cargos, soberbia, falta de escrúpulos, autoritarismo y deshonestidad. Expertos
en el disimulo y la sonrisa para mentir, no les importa la vida de los demás. A
esto hay que agregar: las promesas incumplidas y la incapacidad para gobernar,
porque otros lo hacen por ellos: los “asesores”.
LA
PREGUNTA CAE DE MADURA ¿ESTÁN GOBERNANDO ENFERMOS MENTALES?
Claro que sí, la gran mayoría son hibrísticos.
El médico David Owen, en su libro: “En el poder y la enfermedad”, después de
más de 7 años de estudio, quien, también, fue Ministro de Salud británico,
confirma que, a los “gobernantes”, sea el cargo que ocupen, no es que les maree
el poder, sino les saca lo podrido que tienen dentro, “les despierta la
estupidez, la obstinación o irreflexión” (p.20). Según el mismo Owen, los
políticos de ese talante se creen dioses, pierden los escrúpulos, no aceptan
sus errores y fracasos y les llega el rechazo masivo de los ciudadanos.
Estos son los que han convertido la ciencia
de la política en politiquería barata; han asesinado el concepto real de
dignidad y de los valores humanos. No tienen ni la más mínima sangre en la
cara. Este desmadre politiquero, en el Perú, se acrecentó desde 1990.
Es muy común ver a politiqueros abucheados
por la población, sonrientes y alegres saludando con las dos manos abiertas. Viven
fuera de la realidad.
¿CÓMO
AFECTA EN LA POBLACIÓN ESTE TIPO DE “GOBERNANTES”?
La hybris que manifiestan los “gobernantes”
en su conducta diaria, por donde van, dejan en la población ese gran deseo de
no aceptar los límites, ese deseo de ir más lejos, más allá de la moral, más
allá de la cultura de la incultura, inclusive más allá de la tragicomedia que
es su pan de cada día, porque se vuelven millonarios y poderosos. A más
hibrísticos más dinero, cobran por todo y a todos, con ellos no hay amigos cuando
se trata de ganar más.
El ciudadano influenciado por esta conducta
hibrística, pierden totalmente el significado de la política, alaban y aplauden
al que hace alguna obra, olvidando que para eso fueron elegidos y están obligados
a hacer obras, porque son servidores públicos y cobran de la plata del
ciudadano (Estado), es decir son nuestros empleados. Lo más patético, que no
atienden bien, hasta maltratan. Dónde se ha visto que tu empleado te va a maltratar.
Lo peor de este problema de salud mental es
que vuelves a votar por ellos, te inscribes en esos grupos delincuenciales
politiqueros, en todo caso, vas a formar tu propio grupo politiquero. Pero
también, puede producir una afección sicológica contraria: la indiferencia
absoluta del ciudadano.
El ciudadano que no puede ni lo uno ni lo
otro, no solo se va a sumir en la indiferencia, sino en la depresión, la
ansiedad, la agresividad, nada le va a importar, sin que él sepa por qué.
Según el MINSA (2019): más de seis millones
de peruanos requieren atención médica relacionada a problemas de salud mental,
por trastornos de depresión, ansiedad, estrés u otros más complejos que derivan
en adicciones y episodios de violencia.
Según esta misma dependencia, el 2023, a esos
seis millones se le aumentan más del 20% con “síndrome de maltrato”. Maltratan
los “gobernantes” y nos maltratamos entre nosotros.
ASÍ
TENEMOS NUESTRA CULTURA Y EDUCACIÓN TRASTORNADAS
La hibris o hybris penetra en las
instituciones educativas, ¿cómo?: Directores autocráticos, renuentes al cambio,
falta de empatía, lo que desmotiva a todos. Se agrava con la poca atención de
los “gobernantes” a la educación y la cultura y, contrariamente orientan hacia
el “éxito” “meritocrático” y “competitivo”; orientación
que ni ellos cumplen. Esta exigencia educativa en nuestros niños y jóvenes que,
en su mayoría tienen problemas de anemia y desnutrición, produce mucha presión,
enfermándoles de estrés y depresión.
Lo patético, el Estado culpa al niño y a sus
padres de lo que les pasa, quienes callan por miedo a parecer débiles y
vulnerables. Aprovechando el “gobernante” para no financiar ni un especialista
de salud mental en la instituciones educativas. El 2005 publicaron un llamado
“Plan Nacional de Salud Mental”. No funciona para nada.
¿QUÉ
HACEMOS?
Esto es un problema creciente, por tanto, hay
que reflexionar seriamente, no podemos ser indiferentes. Los politiqueros
entregan nuestras riquezas a cambio de una coima, se roban la plata del Estado,
nuestra plata, hacen leyes con nombre propio. Esto no puede seguir así.
No pueden habernos domesticado totalmente,
tenemos que tener una rendija mental por donde salga nuestra condición pensante
y reflexiva y explotar nuestra capacidad de indignación y acribillar la
indiferencia y, a golpes de dolor y valor abrir nuevas ideas para forjar una
vida nueva.
Neutralizar a este tipo de politiqueros es un
desafío que requiere un esfuerzo conjunto entre los líderes y la ciudadanía.
Se requiere implementar con decisión y
firmeza la revocatoria desde el último funcionario hasta el Presidente de la República.
Exigir a los “gobernantes”: la publicación de
contratos, gastos y decisiones políticas. Si no lo hacen, revocatoria.
Impunidad cero, educando y elevando la
conciencia de nuestro pueblo, para exigir investigación y sanción
independientemente del cargo o la influencia de los involucrados.
Educación y concienciación: para promover la
educación cívica y ética desde temprana edad y fomentar una cultura de
honestidad e integridad.
Se requiere la participación activa de los
ciudadanos, su vigilancia y denuncia de manera organizada, exigir rendición de
cuentas y participar en procesos como elecciones y auditorías ciudadanas. No
creer en los medios de información, porque los politiqueros son dueños de la
mayoría de ellos. EL ASUNTO ESTÁ: ORGANIZARNOS, analizar y proceder bajo la
ley.
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