DANZA
LA PANDILLA: ORIGEN, FUNCIONABILIDAD Y TEMÁTICA
Por Carlos Villacorta Valles
odesi12@yahoo.es
El
27 de enero 2024, en el CUMO (Centro Cultural de Moyobamba), se abrió un
interesante conversatorio sobre la pandilla moyobambina, y reinicia el sábado 03
de febrero, a partir de las 8pm. Aquí mi contribución, a pedido de varios
amigos moyobambinos.
Toda
manifestación cultural tiene su origen, en nuestro caso, las danzas, tienen sus
orígenes en las comunidades originarias, su funcionabilidad está dada para
satisfacer necesidades diversas de nuestros pueblos originarios y las
comunidades diversas. No solo son simples o complejos movimientos corporales o
valor coreográfico, sino está su contenido o temática, que le dan su valor
social, artístico y hasta mítico y que manifiestan la vida cultural de la
comunidad. Es decir, tienen forma y contenido; la forma está referido a los
movimientos del cuerpo y, el contenido está referido a lo que representa
culturalmente; son principalmente las danzas ritualistas o ceremoniales, que se
caracterizan de acuerdo a su lugar de origen o país, o continente y, cuya
temática o contenido es mítico religiosa, celebración de fechas o
acontecimientos significativos para la comunidad, como el pastoreo,
señalamiento, el cortejo, la pubertad, el nacimiento, el casamiento, la
enfermedad, la muerte, etc. Así, la danza es un arte milenario y originario de
los pueblos.
DANZA LA PANDILLA MOYOBAMBINA
Como
se puede comprobar, la pandilla es una danza pública y masiva que se desplaza
por las calles y plazas, llevando del brazo a una mujer y, otras veces a dos
mujeres.
Como
toda danza originaria o ancestral no tiene autor, la comunidad es la autora. Ha
sido transmitida de generación en generación y, para ser generosos podría haber
sido enriquecida en la época colonial, porque no la pudo desaparecer, digo, es
un decir. Pues, acomodándonos en la historia moyobambina, miramos las
características del poblador muyupampino y le veremos danzando alrededor de una
esbelta palmera que le pusieron el nombre de umsha, que significa árbol de un
solo tronco. Sus danzas primeras eran circulares como las muyunas y sus saltos
con sus pies descalzos como la navegante canoa al compás del murmullo y oleaje
cadencioso del río Mayo, representando la siembra del maíz, la yuca y el
frejol. Moviéndose casi desnudos, tapándose las partes íntimas con la cusnina o
pieles de animales.
La
imposición cultural de los españoles, seguramente les obligó a cambiar la
cusnina por pantalones y camisas blancas manga larga, los varones; blusa y
faldón o ropones hasta los tobillos, las mujeres, con sus pañuelos blancos (es
lo que se mostró para los récords Guinness, el año 2017, en su 43 Semana
Turística)), pero la esencia y temática de sus danzas jamás lo cambiaron.
No
olvidar que los españoles, querían destruir toda nuestra cultura, por ello,
esta danza originaria de la pandilla en ofrenda a la naturaleza y a los dioses
forestales, lo consideraron como fiesta pagana y trataron de imponer y
reemplazarla creando las fiestas de San Juan y de San Pedro. No lo
consiguieron, de tal manera que, en junio, la iglesia católica organiza su
propia celebración y, el pueblo moyobambino organiza lo suyo dirigido por el
alcalde y los comités de barrio.
Su característica principal es la alegría, la
espontaneidad y la provocación picaresca. Se baila saltando con movimientos
serpenteantes como los ríos y el vuelo zigzagueante de las hormigas y otros
movimientos de acuerdo a la espontaneidad y la actitud pícara del danzante. Los
pandilleantes avanzan, retroceden, chocan, se envuelven, los hombres levantan
una pierna saltando al son de gritos picarescos y las mujeres contornean las
caderas provocativamente. En su parte central se danza alrededor de una umsha
adornada de todo tipo de regalos, la cual es cortada en la plenitud del baile,
la pareja que lo corta devuelve la umsha en el siguiente año de fiesta. En sus
inicios, el pandilleo se acompañaba con tambor del manguaré, dos instrumentos
de percusión, macho y hembra y esa inmensa sinfonía de bosque y alegría, caos y
armonía. Ahora se ha incluido el clarinete, saxo, bombo, tambor y redoblante
que avivan más la alegría y la algarabía.
ORIGEN
Se
origina en Moyobamba y de ahí se expande por todas las demás provincias de San
Martín. Todos los pueblos originarios hacen pago a la tierra o Pachamama; en la
selva por sus características del poblador: alegre, festivo, mujeres esbeltas
por lo mismo que esos tiempos acarreaban agua en tinajas ubicadas en el centro
de la cabeza asentadas en humallinas, razón por la cual se escogió la esbelta
palmera como umsha y ofrecerla como pago a la naturaleza y la tierra que brinda
los árboles, los frutos, los ríos que dan lo fundamental para vivir, así,
pandilla y umsha son una genuina y original interacción entre la naturaleza, la
vida y el devenir histórico moyobambino.
Umsha
significa la misma naturaleza y, los regalos que la adornan son los frutos que
la naturaleza nos prodiga, y, la danza pandilla que es movimiento espontáneo,
tierno y provocativo de las mujeres es la alegría inmensa de convivir con la
naturaleza; junto a la mujer, el hombre danza con energía, pero también, con
alegría. Todos los danzantes lanzan sus coros y gritos picarescos, alegres y
espontáneos para recibir de la amable naturaleza sus frutos y su vitalidad, representado
por el corte y derribamiento de la umsha cargada de regalos diversos.
La
umsha es la palmera con sus hojas trenzadas, formando una especie de corona,
adornada de todo tipo de regalos, banderines y pañuelos, son plantados en cada
esquina de la ciudad y los barrios, se llega frenéticamente pandilleando a
ellos entre gritos, risas, pellizcos y caderazos.
SU VALOR HISTÓRICO Y CULTURAL
La
pandilla forma parte de nuestro folclor y cultura moyobambina y amazónica, lo
que le da un importante valor histórico y cultural y, al ser inscrita en los
récords Guinness, actualmente contribuye considerablemente a la mejora de la
actividad turística y atractivo cultural y, por ende, contribuye con el
desarrollo económico.
Moyobamba
se caracteriza por tener una cultura única, cultura que la distingue e
identifica frente a las demás de la Amazonía. La pandilla moyobambina es uno de
los ingredientes fundamentales que fascina y provoca conocer y vivir la
experiencia. Por ello, el Ministerio de Cultura la reconoce como “Patrimonio
Cultural de la Nación”, mediante la R.VM. N° 090-2018-VMPCIC-MC.- Así queda a
la altura de dos hermosas danzas: Hatajo de Negritos y Las Pallitas.
El
patrimonio cultural es el legado ancestral que vive y se transmite año tras año
y, de generación a generación, pues, tal como digo, es legado ancestral que
vive preservando tradición, creencias y, sobre todo, identidad cultural.
Así,
como parte de nuestro arte ancestral y nuestro folclor, la pandilla es una
danza muy popular, histórica y cultural, formando parte del calendario festivo
moyobambino, primero en la fiesta patronal de San Juan, ahora parte de la
Semana Turística. Con su valor histórico y cultural constituye un bien
inmaterial y la expresión más significativa de identidad cultural y cohesión
social moyobambina y amazónica.
UMSHA Y PANDILLA
Con la umsha y la pandilla moyobambina se
eleva jubiloso un solo sentimiento de identidad cultural. La umsha representa a
la diosa naturaleza que esbelta y territorial ofrece sus frutos como el idioma
de la vida.
La
danza folclórica de la pandilla moyobambina representa la cultura misma en todo
su esplendor, donde el hombre muestra su firmeza y bravura, y la mujer muestra
su belleza y ternura; el hombre corteja como un trueno planetario y la mujer
provoca y coquetea como una primordial orquídea con toda su fragancia y
plenitud.
La
pareja salta, cambian de paso en avance y retroceso, dando vueltas y encuentros
con silbidos y gritos como lluvia de sonidos que contagian e invitan. Se
combinan marineras y chimaichis, huaynos y cumbiambas, contorneando la cintura
con encontrones de caderas, luego muestran sus reverencias a la umsha, que
esbelta mira orgullosa, dispuesta a ser sacrificada para entregar sus frutos en
nombre de los dioses selváticos; luego regresa la pandilla propiamente,
levantando pañuelos, enlazando piernas al grito estridente de ¡fierro, fierro,
fierro, fierro!, cuando al ritmo de un chimaichi sacrificar la umsha, quien cae
jubilosa a repartir sus frutos, finalizando el momento, pues continuará el
pandilleo hasta llegar a la siguiente umsha, realizando el mismo ritual, hasta
que no quede umsha parada.
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