PEDAGOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN Parte XVIII
-Crisis de la educación: causas y soluciones-
Por Carlos Villacorta Valles
odesi12@yahoo.es
3.17.
TRANSFORMAR LA SUBJETIVA
ÉTICA-MORAL VIGENTE EN ETICA-MORAL CIENTÍFICA LIGADA A LA VIDA.
La moral dominante en
nuestra sociedad, es la moral burguesa. Una moral corrupta a todas luces;
determinada por la conciencia capitalista, cuyas características amorales son
la ambición desmedida, el individualismo y el egoísmo: primero el dinero
después el ser humano.
Sin embargo, sus libros de autoayuda, declaman
pomposamente que hay que practicar la solidaridad, el respeto, el amor, la
responsabilidad, la inclusión, la tolerancia, la equidad y la democracia. Pura
¡Hipocresía! Sus libros de autoayuda exacerban el individualismo morboso.
La moral es un problema de
principios, ideología y política. Es conducta proba: palabra dicha palabra
hecha. El que intriga y calumnia, el que habla mal a espaldas del otro, no es
ético. La buena moral es abierta, transparente y sobre todo ejemplificadora. Es
patético escuchar a un Presidente de la República, a un congresista o
funcionario público dar consejos de moral. Nuestra prédica moralista debe estar
respaldada por los hechos.
Los peores están en el
comercio y las empresas: estafan, corrompen, se apropian del trabajo ajeno y
pagan bajos salarios, compran barato y venden caro, lucran con el dolor y
mancillan la dignidad de las personas. Les siguen el Poder Judicial,
congresistas y burócratas del Estado piden dinero por trámites ilegales o
favoritismo.
Ahora bien, el “Museo de
la Memoria” no sólo debe recordar crímenes de lesa humanidad productos de la
guerra, sino también crímenes contra la ética y la moral -¿Alcanzaría en el
museo?- Empezando por Vargas Llosa, que nos recuerda su amoral papel en la
Comisión de investigación de los periodistas asesinados en Uchuraccay, cuando
dejó entrever la imprudencia de los periodistas; culpó a comuneros sabiendo que
eran soldados del ejército disfrazados de comuneros.
La ética capitalista
señala que, para que la sociedad cambie, “primero tiene que cambiar uno” ¿Por
qué no cambian ellos entonces y dejan de explotar al pueblo? Esta afirmación
sólo tiene el 1% de verdad. La ética está determinada por la estructura del
sistema económico-social que impera y, para que esa sociedad cambie, debe
cambiar esa estructura. Sin embargo, el hombre también es una individualidad
activa y, como esta ligado a esa sociedad por diversos intereses y mantiene
relaciones diversas con los demás trabajadores, influye también en su
transformación. Sociedad-individuo e individuo-sociedad es una interacción
dialéctica.
La ética capitalista o
moral burguesa, sitúa en el plano subjetivo, abstracto y metafísico los
cambios, los valores, la moral, la vida misma. Por ejemplo, los alumnos reciben
miles de clases y conceptos sobre la solidaridad, el compañerismo, la
responsabilidad, la veracidad, el amor, etc., sin embargo, cuando lo practican y
logra cambiar en este sistema, es decir es bueno, educado, respetuoso, leal y
honrado, mayormente se le considera “un tonto”, lejos de ser un hombre “digno”.
En este sistema
capitalista, con el tipo de ética que desenvuelve, los sentimientos del deber y
la virtud de cumplirlas se pierde, porque los que están llamados a cumplirlas
en primer orden no lo hacen. Por ejemplo, si robas un dólar vas a la cárcel, si
robas cien mil dólares, tienes tu casa como cárcel, pero si robas un millón de
dólares te felicitan y te protegen y estás listo para ser congresista, alto
funcionario y si tu robo es internacional, estás listo para ser presidente de
la República.
No cumplen ni la ley ni
las normas, pero, eso sí, la imponen a los demás, sobre todo a los pobres.
Acatar una norma es un acto de cumplimiento, pero imponerla contra la realidad
y el equilibrio es un acto de injusticia. Lo justo es siempre ético, porque
tiene que estar por encima de las imperfecciones de una norma. Su cumplimiento
implica conocimiento, amplitud de criterio y sobre todo equilibrio con la
realidad, no obediencia ciega.
Por estas razones, es de
vital importancia impulsar la práctica de una ética científica ligada a la vida;
crítica contra el sistema actual para su transformación. Una “ética futurista”,
porque es una nueva moral, una nueva forma de ver las cosas, una nueva actitud
frente a los problemas. Es la voluntad de vivir en lucha contra las
injusticias. No mirada impasible, no individualismo, ni egoísmo, ni hipocresía.
Combatir a favor de la razón y reconocer cuando no se la tiene.
El mayor bien de la ética
es no hablar en su nombre sin merecerlo. Que falsos son aquellos que dicen que
por ética lo hacen o dejan de hacer algo. Y, lo patético, hacen cosas indignas.
Los docentes y toda
persona de moral intachable, tienen la responsabilidad moral y ética de sembrar
ejemplos de conducta de transformación e impulsar por cierto la forja de la
educación transformadora. Todo es un proceso, sólo hay que iniciarlo, siempre
pensando en la perspectiva de una Sociedad Mejor.
3.18. TRANSFORMAR NUESTRA FORMA PASIVA Y RECEPTIVA DE VER LOS
PROGRAMAS DE TV EN UNA FORMA INTERACTIVA, CRÍTICA Y DESALIENANTE.
Ya
lo dijimos, la TV impulsa el individualismo y el consumismo de manera inmoral,
sus imágenes y prédicas de autoayuda y sus resultados son visibles. El libro
más vendido en la última Feria Internacional del Libro (FIL), es de autoayuda.
No hay que olvidar, que el
principio básico del capitalismo es la autoayuda: individualismo y egoísmo; que
son actos corruptos, y para imponerlos, se van a utilizar todos los mecanismos
necesarios, atropellando a quien sea.
El instrumento fundamental
son los medios de comunicación e información; principalmente la TV., difunden
el mito del “paraíso capitalista” y calumnian otro tipo de ideales sin
detenerse ante nada ni nadie. Indudablemente es una TV anestésica. Es una
patrulla de programetes y espacios comerciales a favor del consumismo y con
normas de conducta a favor del sistema.
Prácticamente es un manual de educación y
formas de comportamiento del modo de vida falso, que se burla del
telespectador, así como se burlan y denigran entre ellos y a otros; ridículos
comediantes mediocres, en programas cómicos también mediocres, “hombres”
vestidos de mujeres a quien también la denigran; siendo lo peor, los
disfrazados de mujeres andinas, que sólo la cultura de la incultura peruana.
Educación y cultura, nada.
Nos “divierten y
entretiene” insultando, falseando, mutilando y escondiendo nuestra realidad,
donde lo noticioso-periodístico se mezcla con lo farandulero y el violentismo
diario; donde nada parece lo que es y a la vez es.
Las propagandas
comerciales son trozos de conducta alienante en sus consignas e imágenes; casi
todas estimulan el morbo: Por ejemplo la propaganda y promoción de la cerveza,
sus imágenes y escenas nos muestran al hombre conquistador si toma sus
cervezas. Una cerveza atrae una mujer. La mujer siempre como objeto sexual,
ahora como incitación al alcohol.
Sólo importa las ganancias millonarias y no la
salud mental de nuestros pobres niños.
Las telenovelas, que son
los jales para las amas de casa y ahora para toda la familia, nos siguen
mostrando la incorrecta concepción de que el fin último de la mujer es pescar
un buen marido para alcanzar la felicidad. En medio de conflictos simplones y
desenlaces lógicos, nos esconden los verdaderos conflictos de clase.
Los docentes y
principalmente los padres de familia, deben esforzarse con paciencia y
habilidad, reducir el efecto alienante y deplorable de este medio masivo de
control mental y sus efectos nocivos contra la búsqueda permanente de nuestra
identidad cultural. No se trata de prohibirla, sino de dosificarla.
Una crítica constructiva,
juiciosa y desalienante es un trabajo permanente a realizar con nuestros hijos
y alumnos en general. Cuidado con la apología del delito a través de la TV y la degeneración de la
conciencia.
Sin embargo, también hay
que saberla aprovechar: Por ejemplo enseñar a discernir y discriminar lo
fantasioso de la TV
con el mundo real; también a incrementar su vocabulario; hacer que nuestros
niños nos narren lo que han visto y, sobre todo fomentando el desarrollo de su
pensamiento crítico, aprendiendo a analizar lo que ven, separando lo positivo
de lo negativo.
Tres medidas que
pueden orientarnos para hacer algo a favor de nuestros hijos:
1.- Disminuir las horas de ver TV y
fundamentalmente clasificar los programas a verse, sin ser impositivos, dejando
cierto nivel de apertura y libertad para que nuestros hijos desarrollen su
iniciativa y vean los programas que los inquietan. No prohibir, pero si
dialogar. Es infantil pretender alejarlos del mundo que estamos viviendo o
impedir que disfruten de algo que está a la vista; hay que presentarles
posibilidades. Para ello nos sirve el tercer punto de estas sugerencias.
2.- Buscar la forma cómo estar pendientes
de ellos. No necesariamente con la presencia, sino estableciendo criterios de
diálogo y normas antes y después de ver TV.
3.- En los diálogos con nuestros hijos y
nuestros alumnos, siempre hay que buscar que ellos tengan una buena opinión de
sí mismos, se tengan confianza y sobre todo que sepan distinguir lo positivo y
negativo, lo real y lo imaginario, lo falso de lo auténtico y a ser creativos y
críticos, para no dejarse influenciar fácilmente. Enseñarles a debatir y discutir
en forma franca y sincera sobre todos los problemas sociales. Ya sé que no es
fácil, pero hay que esforzarnos.
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