FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE LIMA 2018 (FIL 2018)
POTENTE CULTURA DE LA INCULTURA
Por Carlos Villacorta Valles
odesi12@yahoo.es
Dedico este artículo
a todos los que me han pedido que hable sobre la FIL, a todos los niños y
jóvenes que están sufriendo alegremente los embates de la TV basura y, ahora su
aliada anual la FIL basura ¿Por qué?
A medida que la
crisis del capitalismo se agudiza, los grandes mercaderes o empresarios
actuales se desesperan, porque peligra la fortuna que amasan producto del
engaño y la explotación; su papel
corrupto, estafador y manipulador se pone cada vez más de manifiesto. Ya no se
limitan sólo a robar, sino a la perspectiva de mayor control de nuestras
mentes, sobre todo de nuestros niños y jóvenes.
¿QUÉ INFANCIA Y JUVENTUD ESTÁN CONSTRUYENDO? Les van quitando la capacidad de mirar críticamente
la realidad. Están contaminando su mente, nuestra mente.
La peor
contaminación del mundo –en especial en el Perú- es la contaminación mental; no
solo por los problemas de salud mental que sufre la sociedad peruana
actualmente, sino por el altísimo nivel de control mental del que somos
víctimas.
Los que controlan el
poder económico intensifican y profundizan su control mental con más ferias de
libros basuras y con más TV basura y, a esto lo llaman “crecimiento cultural y de lectura”.
Crecemos, pero
involucionamos; tenemos un crecimiento pervertidor. Crecimiento crapuloso,
corrompido, que margina la cultura y la educación y lo poco que invierten lo
utilizan para pervertir la sociedad de los niños y los jóvenes.
Por ejemplo, hace 23
años se lleva a cabo la Feria Internacional del Libro de Lima, FIL Lima;
organizada por la Cámara Peruana del Libro. Del 20 de julio al 5 de agosto 2018
fue su versión 23, en el Parque de los Próceres de la Independencia (cuadra 17
de la avenida Salaverry), con 7 soles la entrada. Crece en sus ganancias y
venta de libros cada año, es cierto, pero generando intencionadamente,
generaciones de niños y jóvenes con inclinación hacia el morbo y la lectura
banal.
Patéticamente, “la Cámara Peruana del Libro es una
asociación gremial y cultural de derecho privado y sin fines de lucro”, sin
embargo, el año pasado con la 22 FIL, lucró con más de 17 millones de soles.
Este 2018, facturó
solo en ventas de libros más de 19 millones de soles. Más de 2 millones en
venta de entradas y, más el cobro de los stands que nunca informan; más los
cobros por un evento que quieras realizar con una Inversión solo por
inscripción: S/ 100.00. Está también el costo de los talleres al público, cuya
inscripción menor fue de 150 soles. Es decir todas las actividades artísticas de presentación de libros, fomento
de la lectura tenían un costo.
No que son sin fines
de lucro.
La superioridad
económica del trabajo de la “Cámara Peruana del libro” y la angurria
capitalista de solo ganar dinero, está deformando estas importantes fiestas del
libro y la lectura, por tanto, nada tiene que ver con la promoción del libro y
la lectura y la promoción de la cultura de la FIL, sino con la mercantilización
enfermiza de las mismas.
LA COMPRA FALAZ DE LIBROS
El famoso
historiador Basadre llamaría a la época del guano “prosperidad falaz”, no desarrolló
el país, solo unos cuantos se enriquecieron. Así la Fil tendría una venta falaz
de libros, pues se enriquecen ellos, pero no se enriquece la lectura y la
cultura; la gran mayoría de la gente no compra para leer, sino para adornar sus
casas de libros y aparentar riqueza intelectual.
Realizamos una
encuesta de tres días a la gente que salía con paquetes de libros comprados en la feria; contestaban:
- “para enriquecer y
renovar mi biblioteca particular”
-¿No los vas a leer?
-“Cuando tenga
tiempo”.
-¿Qué libros más has
comprado?
-“Lo que está de
moda, libros de autoayuda”.
He ahí la perversión
del fomento del libro y la lectura, nuestra “marca Perú” en lectura, va
consolidando la estupidización de nuestros niños y jóvenes. Comprar libros solo
porque la TV basura los pone de moda ¡Y qué libros!
LOS LIBROS MÁS VENDIDOS
"Diario de una vaca descarriada", de la farandulera Wendy Ramos de “Patacláun”, que
trata de sus problemas personales y algunas pastillas al peor estilo de
Belmont, por ejemplo: “No se me pasó el
tren. Yo dejé pasar ese tren (…) tomé otro tren que me gustaba más (…) (También
tomé aviones, barcos, helicópteros y caminé un montón)”.
Otro libro: “Pecho frío”, del indefinido sexual
Jaime Bayly, trata también de su vida privada y sus aberraciones de alcoba, que
besa a un animador en la boca porque le gustaba y luego se convierte en líder de un movimiento homosexual. Este
tipejo habría dicho; “escribo un par de
huevadas y el público me admira”.
Entiendo que sus
seguidores solo pueden ser aquellos adictos al morbo de la TV basura y aquellos
que van a las ferias gastronómicas a ingerir “chancho al palo”. Es obvio
entonces que lo compren y, generalmente no es para leer, sino para culturizar
su sobaco y sentirse como él: un estúpido y ridículo amoral irreverente
injuriador.
Así, la gran mayoría de la venta –que no vale la
pena seguir en la nómina- está cargada de farandulerismo morboso. La FIL,
aparentando un lugar agradable, lleno de “cultura”, en la práctica es un lugar
para engañar lectores. Pretenden consolidar la siembra de una nueva servidumbre
lectora de la chabacanería y el morbo de la vida de los faranduleros como nueva
clase social. Ni siquiera se dan el trabajo de traficar el morbo y el
farandulerismo, lo venden abiertamente. No hubo ningún espacio de la feria que
no haya estado mezclado de morbo y burla a los niños y jóvenes, impulsando el
narcisismo literario, fieles a los usurpadores del saber: los faranduleros
“escritores”.
¿POR QUÉ SE PRODUCE ESTE FENÓMENO?
Son los logros de la
TV basura. Nuestros niños que viven prendidos al televisor, se convierte algún
día en adultos, pero un adulto sordo de por vida a los estímulos de la lectura
y la cultura escrita. A los 25 y 30 años de edad, los estamos viendo ahora,
adultos totalmente empobrecidos culturalmente, educados por la imagen de la TV
basura, marcados para toda la vida por una atrofia cultural, fácil de ser
manipulados.
La “cultura”
audiovisual, es una potente cultura de la incultura. Y, esto, hace años, lo
viene advirtiendo el culto profesor Edgardo Vásquez Arbildo. Gran amigo.
Estamos pues ante un
nuevo tipo de ser humano que necesita el sistema para perpetuarse; forjado por
la televisión, que es su principal instrumento de educación y cultura
capitalista, ya que la TV sería la primera escuela del niño, que lo convierte
en un hombre que no lee.
LA FIL, CAMPEONA INTELECTUAL DE LA CLASE MEDIA o
pequeña burguesía FARANDULERA
Se une a la TV
basura para estupidizar a nuestros niños y jóvenes, cuyos organizadores,
increíblemente propalaron más tarde el argumento de que “era, en general, el orgullo y el deseo de poder contribuir con el
fomento del libro y la lectura”; a
fin de cuentas, el más caro de todos.
Ya sabemos entonces,
por qué estos librejos fueron los más vendidos. Las personas que solo ven telebasura,
se acostumbran y siguen a esos personajes, por tanto carecen, reitero, de cultura
literaria; en ese sentido, es obvio que compren tamaña literatura porque es lo
que conocen.
Estamos
indudablemente frente a una TV como hampa mediática farandulera que nos está
atrofiando el cerebro.
Entonces me
preguntarás ¿Por qué lo ves? Claro, por qué lo vemos ¿HAY QUE DEJAR DE VER
TELEVISIÓN?, de la forma cómo lo estamos haciendo y buscar otras formas de
sociabilización junto a nuestros hijos. Ver la TV de manera crítica y
reflexiva.
¿QUÉ HACER?
Frente a las
críticas, aparecen discursos condicionados y pervertidos por el sistema,
acusándote de “envidioso”. Mire, no solo la plata corrompe, sino también el
figuretismo, donde el “intelectual” pretende ser más famoso.
Es hora que el arte
y la cultura, la literatura y el teatro se indignen, basta de hacer arte
anodino, neutro o apolítico. Arte que sin perder su belleza y buen gusto, tenga
un alto contenido educativo para sensibilizar, desarrollar el sentimiento
peruano y la conciencia a favor de una Sociedad mejor. La educación se ponga al servicio de la forja de una educación
transformadora.
Bertolt Brecht,
jamás creyó en la inocencia del escritor. Nos dijo con mucha certeza y verdad:
“¡Por cierto
que vivo en una época sombría! El verbo anodino no es más que tontería......
¡Qué tiempos éstos, en que hablar de árboles es casi un crimen, pues implica el
silencio de tantas fechorías!”
No resulta apropiado
que el artista y los escritores digan cualquier cosa, so pretexto de que así lo
sienten. Esa actitud les pone de lado de este sistema corrupto, morboso y
mafioso. Brecht, se burlaba de los supuestos estéticos y alejados de lo
político: "Así, es una verdad que las sillas
son un asiento para sentarse y que la lluvia cae de arriba hacia abajo".
Es hora de rechazar
toda forma de arte que implique un consentimiento al orden existente. La lucha
por la transformación de este sistema genocida, ya ni siquiera puede ser por
cuestiones ideológicas y políticas, sino por moral, por dignidad y por
justicia.
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