Una aproximación a los cuentos literarios de
Melissa Vecco, en, “La princesa que ríe de día y llora de noche” (Tarapoto
2012)
Por Carlos Villacorta Valles
Cuando después de muchísimos años retorné a Tarapoto (Región San
Martín); conocí a la hermosa huambrilla Melissa Vecco y luego leí su tierno y
ágil libro de cuentos “La princesa que ríe de día y llora de noche”, sin
ninguna duda me la imaginé como uno de sus personajes centrales en cada uno de
sus 5 cuentos que contiene el libro: lindísima, maravillosa, mítica y
esperanzadora, como Martín el pescador –uno de sus personajes- para decir de Melissa
que va encontrándose a sí misma, aterrizando sus sueños y algún día encontrar
el amor que se merece.
O también como Lila, -otro tierno personaje- la linda flor,
presta a socorrer a quienes más lo necesiten, hacerlos crecer espiritualmente,
algo que todos necesitamos en este mundo complejo que habitamos.
Su libro cuenta también la historia de una princesa convertida
en catarata por querer ser ella misma y desafiar el sistema imperante, la llamaron
Awashiyaku, quien finalmente es liberada por su propia decisión de interactuar
y conectarse con su amado, con la realidad y la energía de la tierra. Este
cuento es una bella nueva versión de la leyenda de cómo aparece la catarata de
Awashiyaku; Melissa lo denomina: La princesa que ríe de día y llora de noche,
que es también el nombre que toma su libro de cuentos.
Este hermoso libro de cuentos, de principio a fin, nos brinda
amor y amistad, nos deja latente la esperanza; esperanza que se cumple sólo con
aquellos que saben perseverar, que saben amar a los demás, que saben
interactuar, conectarse con la realidad y, sobre todo buscan soluciones y se
conectan con el universo, con su realidad y alumbrados por el sol de cada día.
Sin zalamerías, así es Melissa Vecco, libro y figura personal.
Así somos los seres humanos en desarrollo, los seres humanos
dialécticos, sobre todo los peruanos auténticos, no somos un solo personaje,
una sola identidad, somos diversas esencias, somos una sucesión de episodios
moviéndose y buscando cambiar para mejorar individualmente y colectivamente,
así son los tiernos personajes de los cuentos de Melissa que, estoy
completamente seguro gustan a grandes y pequeños.
El aburrimiento no tiene cabida en las páginas del libro escrito
por Melissa, la misma tristeza está llena de alegría y esperanza, sus
personajes nos asombran y nos renuevan. Su lenguaje magistralmente sencillo,
lejos muy lejos de la simpleza, nos hace vivir también, así como sus
personajes, experiencias intensas y profundas.
Es un magnífico libro de cuentos que exploran nuestro mundo interior,
ejecuta terapia y nos produce catarsis y, hasta puedo asegurar que nos descubre
lo que somos, un libro escrito desde el límite de la vida. Así es Melissa, una
profesional en sicología con “experiencia
en el ámbito clínico, especialmente en el trabajo con niños y adolescentes de
alto riesgo. Emplea como algunas de sus herramientas terapéuticas y preventivas
los cuentos de los títeres. Actualmente se desempeña en la Unidad de Asistencia
a Víctimas y Testigos del Ministerio Público de San Martín”.
Esta hermosa huambrilla, limeña de nacimiento y tarapotina por
vida, vestida de sueños y esperanzas, nos deja un hermoso mensaje al final del
cuento la princesa que ríe de día y llora de noche, en esta forma: “La
catarata (Awashiyaku) se conserva en la actualidad, mientras la alegre princesa
india ríe en casa con sus seis hijos y su gran guerrero. Juntos lideran a su
pueblo, en un clima de confianza y equidad”.
Tengo que reiterar: “JUNTOS LIDERAN A SU PUEBLO, EN UN CLIMA DE
CONFIANZA Y EQUIDAD”.
Indudablemente un libro de cuentos que recomiendo a todos,
adultos, jóvenes y niños como un bocado de sol. SOBRE TODO A LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS PARA EL PLAN LECTOR. LOS PROFESORES DEBEN SER DIFUSORES DE LO NUESTRO.
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