Pekín. EFE.
Deja oír su voz. En conferencia de
prensa desde su pueblo natal, Mo Yan demandó la liberación de Liu Xiabo, Nobel
de la Paz.
El escritor chino
Mo Yan, galardonado el jueves con el Nobel de Literatura 2012, ha pedido ayer
la pronta liberación de su compatriota encarcelado y Nobel de la Paz en 2010,
Liu Xiaobo, quien en el 2009 fue condenado a 11 años de prisión por pedir
reformas democráticas y el fin del gobierno de partido único. “Espero que pueda
recuperar la libertad tan pronto como sea posible” y que pueda dedicarse a
investigar “sus políticas y su sistema social”, ha asegurado a un grupo de
periodistas en su pueblo, Gaomi, en la provincia de Shandong.
Mo Yan ha hecho
estas declaraciones —que, seguramente, serán recibidas con enojo por las
autoridades— en medio de la ola de críticas que ha generado entre algunos
disidentes e intelectuales chinos la concesión del premio a quien consideran un
hombre cercano al Partido Comunista Chino (PCCh). El autor de Sorgo rojo es
miembro del PCCh y vicepresidente de la Asociación de Escritores, organización
respaldada por el régimen.
Mo Yan, de 57 años,
un apodo que significa “No hables”, ha afirmado que había leído algunas de las
críticas literarias de Liu Xiaobo en la década de 1980, pero que no conocía su
obra cuanto decidió dar un giro político a sus escritos.
Los críticos con el
premio a Mo Yan aseguran que no es digno de él porque ha comprometido su
independencia artística e intelectual al situarse bajo el ala del partido y
porque, a pesar de ser un escritor influyente, no había utilizado hasta ahora
su peso para hablar a favor de los intelectuales y los presos políticos. Mo Yan
ha afirmado que conoció en su día a Liu Xiaobo, pero que no habían tenido
contacto desde hacía tiempo.
¿Ha dado el
galardón voz a Mo Yan para referirse a Liu Xiaobo? Es posible que el
reconocimiento y la fama le hayan dado fuerza para decir lo que no había dicho
hasta ahora, pero el novelista ha arremetido al mismo tiempo contra quienes han
denigrado su elección. “Creo que la gente que me ha criticado no ha leído mis
libros. Si lo hubieran hecho, comprenderían que mis escritos de entonces me
hicieron correr muchos riesgos y sometieron a presión”.
Mo Yan ha
calificado el premio de “una victoria de la literatura, no una victoria de la
política”. Algo difícil de digerir en China, donde la vida cultural y la
creación artística están sometidas a vigilancia y censura.
Críticas a Mo Yan y
su Nobel
Yu Jie, un escritor
exiliado en Alemania, ha tachado en los medios de este país el galardón del
“mayor escándalo en la historia del premio Nobel de Literatura”, mientras que
el artista Ai Weiwei, que vive en Pekín bajo estrecha vigilancia policial, ha asegurado
que Mo Yan “siempre estará del lado del poder y nunca con una pizca de
individualismo”. Ai ha dicho que es ridícula la alegría oficial por el premio,
cuando en el pasado puso en duda la legitimidad de los Nobel.
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