ESTADO CLÍNICO DE LA SALUD NACIONAL:
DEL BISTURÍ A LA PRESTIDIGITACIÓN
Por Carlos Villacorta Valles
carlosvillacortavalles@gmail.com
05-05-25
Diario Regional “Amanecer”.
Moyobamba-San Martín
En el Perú la salud se muere
y nos mata, principalmente en EsSalud. Una cosa es que te digan, otra que lo
vivas. Yo acabo de vivirlo en marzo, abril, mayo y junio 2025, con la
hospitalización de mi compañera en el Almenara. Le operaron en marzo 2025, de
inmediato le dieron de alta, se hospitalizó nuevamente más enferma que antes
con la operación infectada, le volvieron a abrir y, 3 de junio, le acaban de
dar de alta, pese a que la malla que le colocaron sigue flotando en peligro de
infectarse. Así, miles están en esta situación y cientos se mueren por esta
mala práctica. Desasosiego total que me invita a declarar la salud en estado
crítico surrealista, una categoría médica aún no reconocida por la OMS pero ya
habitual en nuestros hospitales. Las camillas gimen, las jeringas lloran, y los
estetoscopios solo detectan los latidos del presupuesto que se escapa por la
ventana. Aquí, los médicos han aprendido el arte inverso de la sanación: curar
con recetas que enferman, inyectar con agujas de burocracia, diagnosticar con
el tarot administrativo. El paciente entra con dolor de estómago y sale con
hipertensión fiscal. Lo peor, se creen dueños, pese a que nosotros les pagamos,
pues nos descuentan mensual, no poco.
MILLONES DE SOLES RECAUDADOS
DESAPARECEN
Los
millones de soles destinados al sector salud tienen un talento envidiable:
desaparecen como conejos de sombrero en función de gala ¿Equipos de última
tecnología? Desaparecidos. ¿Medicamentos esenciales? Ausentes. ¿Camas UCI? Sí,
pero en los discursos. En lugar de hospitales, hay laberintos.
Pero
no desesperemos: los informes oficiales indican que todo marcha bien, lo cual
confirma que el delirio es total.
HOSPITALES
DEL DELIRIO Y LOS SUEÑOS ROTOS
Así
es, la salud ha entrado en un estado crítico de irrealidad: una enfermedad que
no ataca el cuerpo sino la lógica. En este territorio febril, los hospitales
son catedrales del sinsentido, y los médicos -no todos, pero los suficientes-
han cambiado el juramento hipocrático por el hipnótico arte de enfermar con
recetas de cartón y bisturíes sin filo. Diagnostican con el oráculo del azar,
recetan placebos con código de barra y sonríen mientras las colas crecen como
serpientes infinitas que se muerden la cola.
En
este delirio nacional, el cuerpo ya no se cura: se convierte en símbolo, en
mercancía, en papel sellado con tinta invisible. Y mientras tanto, el pueblo
resiste, se automedica con rezos, hierbas y rebeldía, esperando que algún día
despierte el sistema o, al menos, que sueñe con sanar.
DATOS CLAVE SOBRE ESSALUD
Infraestructura Deficiente
El déficit hospitalario es hecatombe, un promedio de
1.5 camas por cada 1,000 habitantes. En Almenara hay más hospitalizados que
camas, lo que ha llevado a situaciones donde los pacientes son atendidos en
pasillos.
Altas Médicas Prematuras
Los pacientes son dados de alta sin haber completado
su tratamiento, lo que resulta en reingresos más graves y hospitalizaciones
prolongadas. Esta práctica no solo afecta la salud del paciente, sino que
también incrementa los costos y la carga sobre el sistema de salud.
Certificados de Incapacidad Temporal
EsSalud otorga Certificados por Incapacidad Temporal
para el Trabajo a los pacientes hospitalizados, cada semana; si la
hospitalización dura dos meses, el paciente recibe hasta 8 certificados consecutivos.
Esta minucia en la duración de estos certificados dificulta la contratación de
personal temporal en reemplazo, afectando la productividad de las empresas y,
si fueran docentes, dejan a los chicos sin un profesor.
Desabastecimiento crítico de
medicamentos
Según un informe de la Contraloría General de la
República, el 85% de los hospitales de EsSalud presentan desabastecimiento de
medicamentos esenciales, afectando tratamientos para enfermedades como VIH,
cáncer y condiciones psiquiátricas. Además, se detectaron excedentes de
medicamentos próximos a vencer, con un valor superior a S/ 36 millones,
evidenciando una mala gestión de inventarios.
Bajo gasto en salud per cápita
Según el diario Gestión, el gasto en salud per cápita
en Perú es de S/ 523, significativamente menor que en países como Colombia (S/
1,248) y Chile (S/ 1,679). Esta diferencia refleja limitaciones en la capacidad
del sistema para brindar servicios de calidad.
LA SALUD MATA NIÑOS
La mortalidad materna en Perú se estima en 68.5 por
cada 100,000 nacidos vivos, con disparidades significativas entre áreas urbanas
y rurales. En zonas rurales, menos del 50% de las mujeres cuentan con
asistencia profesional durante el parto, en contraste con casi el 90% en áreas
urbanas.
LA
SALUD COMO DERECHO HUMANO
El derecho humano a la salud es uno de los pilares
fundamentales de una sociedad justa. Sin embargo, la frase “y nos siguen
matando” desnuda la brecha abismal entre ese derecho proclamado y la
realidad brutal de nuestros hospitales.
En un mundo donde la ciencia
médica ha avanzado como nunca antes en la historia, resulta brutalmente
contradictorio que aún hoy millones de personas sigan muriendo por enfermedades
prevenibles, por falta de acceso a atención médica o por políticas que priorizan
el lucro sobre la vida. En pleno siglo XXI, no se trata ya de la imposibilidad
técnica de garantizar la salud, sino de una decisión política y económica.
NOS
SIGUEN MATANDO
“Nos siguen matando” no es
una metáfora retórica. Es una denuncia viva. Nos mata la corrupción que se roba
el dinero de hospitales y postas médicas. Nos mata el racismo, el olvido, el
privilegio, la delincuencia que gobierna. El Estado solo administrando la
muerte. Nos siguen matando, no por ignorancia, sino por negligencia, por abandono,
por violencia estructural.
Porque mientras la salud
siga siendo un privilegio, mientras se permita que la pobreza sea una condena
de muerte, nos seguirán matando. Y cada muerte evitable será una herida abierta
en la conciencia colectiva. Pero también, cada vida defendida será una llama
encendida en la lucha por un mundo más justo.
QUÉ
HACER
Por su parte: EsSalud enfrenta una crisis
multifacética que requiere reformas estructurales urgentes. La mejora en la
gestión administrativa, la inversión en infraestructura y equipamiento, y la
revisión de políticas relacionadas con la atención médica y los subsidios por
incapacidad son esenciales para garantizar una atención de calidad a los
asegurados.
Por nuestra parte, necesitamos:
- Organización
popular: sin
lucha, no hay derechos reales.
- Control
ciudadano del presupuesto público: saber cuánto se invierte en salud y exigir
transparencia.
- Formación
en salud comunitaria y derechos humanos.
- Memoria
y denuncia: contar
las historias de quienes murieron por abandono estatal.
- Luchar
por un sistema de salud universal, gratuito y digno.
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