LARGA LUCHA DE LOS INDÍGENAS
POR SU INDEPENDENCIA Y LA FARSA
INDEPENDISTA MONTADA POR INGLATERRA
Por Carlos Villacorta Valles
odesi12@yahoo.es
Que, la independencia
del Perú en 1821 fue una "farsa", eso está cantadito y documentado. Lo
dicen tímidamente: Heraclio Bonilla y Karen Spalding (1972) "La
Independencia en el Perú: Las palabras y los hechos". El mismo Jorge Basadre
(1939-1940) "Historia de la República del Perú". Cecilia Méndez Gastelumendi
(2005) "The Plebeian Republic: The Huanta Rebellion and the Making of the
Peruvian State, 1820-1850". Señala con claridad que las rebeliones
indígenas en la sierra decidieron la independencia. Y otros más.
Pero quien habla con
suma claridad y documentado es Virgilio Roel (1971) en su libro: “Los Libertadores. Proceso social, económico, político
y militar de la Independencia”: «la llamada proclamación de la independencia
fue una repudiable farsa en que las gentes que participaron en ella eran sus más
repulsivos enemigos, pues se las habían pasado luchando contra toda forma de
libertad e independencia» (pp. 194-195).
Se nos impone todo
julio hablar de patriotismo. Los que controlan nuestro país se llenan la boca
hablando
de patriotismo o la patria; que
trabajan a favor de ella. Tremenda hipocresía.
Escucharlos me produce escalofrío, porque “el patriotismo es el
último recurso de los canallas”.
LARGA LUCHA DE LOS INDÍGENAS POR SU INDEPENDENCIA
Después de la genocida invasión española, algunos intentos independistas se dieron de manera inmediata: Manco Inca
en 1534, luego en 1536 sitió el Cuzco tomando la fortaleza de Sacsayhuamán. Quizu Yupanqui sitió la recién fundada Lima. Túpac
Amaru I en 1571. Derrotados con el apoyo de los “felipillos”.
Los siglos XVII y XVIII:
se intensificaron las rebeliones independistas, por ejemplo: Juan Santos
Atahualpa en1742-1756. La de José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II, en
1780-1781.
Las decisivas del
siglo XIX: 1810-1820, por ejemplo, La Expedición a los Andes Centrales que,
Gustavo Montoya (2019), “La
independencia controlada. Guerra, gobierno y revolución en los Andes”; los
detalla.
Así, el primer grito
de independencia fue en Cangallo, el 7 de octubre de 1814. Registra el historiador
Huamanguino, Max Aguirre (1) que, los valientes morochucos, capitaneados por
Basilio Auqui, proclamaron su independencia, con su sangre escribieron y
firmaron el acta libertaria, una vez derrotado y fugado el sanguinario
Carratalá.
El mismo, Max Aguirre,
informa que el siglo XIX fue de profunda vocación libertaria indígena: “hasta proclamaciones independentistas
informales como sucedieron en el escenario del Bajo Perú con Tacna (1811),
Huánuco (1812), Cuzco (1814) y Moquegua (1814); y en el del Alto Perú, con la
Junta Tuitiva de la Paz (1809), casi todas precediendo a la jura cangallina que
inaugura el respeto a la forma”. Etc.
Sin embargo, el papel
decisivo, lo jugaron LOS INDÍGENAS MONTONEROS*, el conocido historiador, Samuel
Hooker Noguera (2) informa: en Trujillo, se proclamó la independencia el 29 de diciembre de 1820. La
consigna era tomar Lima, confiscar las propiedades, los negocios y las
haciendas de la élite criolla dominante, y, el palacio del Virrey. Cuando los
montoneros se aproximaban a Lima, asustada la élite criolla, se puso de acuerdo
con el Virrey La Serna, para aceptar la negociación con San Martín y, se
proclame de inmediato la independencia. *MONTONEROS: porque actuaban en montón-irregular,
atacaban, luego se dispersaban; se juntaban y volvían a atacar.
LA FARSA DE LA INDEPENDENCIA
Inglaterra era la
primera potencia capitalista industrial. Apoyaba y organizaba movimientos de
liberación de las colonias, no solo españolas, para conseguir gobiernos títeres
y abrir mercados y apropiarse de sus riquezas. Sabían que, en América, las
rebeliones indígenas estaban a punto de traer abajo sus virreinatos; envían a
San Martín y Bolívar, -que se preparaban y vivían en Europa, quienes
pertenecían a la Logia masónica “Lautaro”, controlada por Inglaterra- para
orientar estas rebeliones indígenas independistas a favor de sus intereses.
Cuando San Martín llega al Perú, al darse
cuenta que, prácticamente éramos libres gracias a los montoneros; lo primero
que hace es buscar las negociaciones con la élite criolla dominante, que a su
nombre administraban el virrey La Serna y su corte.
Se dan varias negociaciones o “conferencias”;
siendo la decisiva, la de PUNCHAUCA (3):
El 2 de junio de 1821. Hacienda
ubicada en el valle del Chillón. San Martín pide al virrey La Serna implantar
de manera pacífica la monarquía constitucional en el Perú, donde el virrey
sería Presidente, y el mismo, San Martín, iría a Inglaterra por un príncipe
para hacerse cargo de la monarquía.
El virrey La Serna propone mantener vigente la Constitución de 1812 y acepta la
monarquía constitucional que sería entregada a un príncipe inglés. Pero la llegada
de los montoneros a Lima era evidente. La Serna Huye a la sierra. La clase
dominante criolla se refugia en el fortín Real Felipe del Callao. San Martín,
por emergencia, proclama la independencia y, como tenía contacto con los
montoneros, les envía una carta dictaminando que no era necesaria su entrada a Lima. Si esto no es una farsa, qué es entonces.
El 9 de diciembre de
1824, llamada “Capitulación de Ayacucho”, fue prácticamente, la capitulación de
Bolívar. De los 18 puntos, solo les digo dos: 1.- “Los militares españoles podían regresar a su país con gastos
pagados por el Estado peruano”. 2.- “Se reconoce y se paga la deuda con
España”.
PREGUNTO: ¿Quiénes fueron despojados de
sus bienes con la invasión genocida española? ¿A quién liberó la independencia?
¿No fue, acaso, a los “indígenas”? ¿Acaso no se proclamó la independencia a su
nombre? ¿Por qué, entonces, no se les restituyó sus bienes?
Así, mientras no
tengamos nuestros propios historiadores, seguiremos engañados por los que
controlan el poder económico.
EL MOMENTO ACTUAL
Desde 1821, la élite
criolla dominante, dividida en conservadores y liberales, entran en pugna
permanente por el control del Estado, sometiendo al país en una crisis
permanente.
En 1990, un EEUU
neoliberal, pone a Fujimori en el
control del Estado, para: privatizar las empresas del Estado y profundizar la
inversión extranjera. Lo consolida con un autogolpe y el desmantelamiento de la
guerra interna que, EEU ya la tenía controlada. Desde 1993, la crisis se
profundiza: Los ricos se vuelven más ricos, los pobres más pobres y, nuestras
riquezas van a parar principalmente a EEUU.
El 2021, el Perú
profundo, hastiado de tanta crisis, hambre y miseria, da el control del Estado
a Pedro Castillo. La CONFIEP que controla todo, utilizando sus medios de
prensa, polarizan al país en una pugna entre derecha e izquierda.
Pedro Castillo, sin
clara dirección política, pusilánime, picoteando por aquí y por allá, cede a
las presiones y, el 7 de diciembre del 2022, supuestamente da un autogolpe y,
termina en la cárcel. La derecha recupera el control y la megacorrupción se
consolida encabezada por el congreso.
El Perú profundo
movilizado, quiere un cambio que debe plasmarse con la liberación de Pedro
Castillo, la renuncia de Dina Boluarte, adelanto de elecciones y una asamblea
constituyente. Mientras la violencia en las calles nos azota diariamente.
NOTAS:
(3)Guido, Tomás. La Entrevista de
Punchauca. Obtenido de carabayllo.net
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