EDUCACIÓN, CURRÍCULO, DOCENTE Y HORAS DE CLASE
Una necesaria reflexión al finalizar el año escolar
2018
Por Carlos Villacorta Valles
Estamos cansados de
escuchar mentiras, “La nueva política
curricular busca consolidar un camino, iniciado hace varias décadas, para dejar
atrás una enseñanza memorística y repetitiva”
(http://www.minedu.gob.pe/politicas/aprendizajes/index.php). Del dicho al hecho
ministerial, hay un abismal trecho. Hasta el siglo XVII el currículum era un conjunto
de asignaturas, al siglo XVIII planes y programas y, actualmente, es todos los
medios deseables para conseguir un buen aprendizaje.
En el Perú se
presentan en paquetes de planes y el docente tiene que cumplirlos. Prácticamente
seguimos en el siglo XVIII. A fines de la década del 60 y principios
del 70 del siglo anterior en algunos países latinoamericanos, se debatía sobre
si el currículo era una “Disciplina
científico aplicada” por lo mismo del avance del conocimiento; se hablaba
de la “selección y organización de
experiencias” de la “Defensa de la
creatividad y la libertad” el “reemplazo
del profesor por el de facilitador”, etc. En filosofía “la manera totalizante de pensar”, se planteaban ya que “la realidad es un todo holístico”; (Leer
revista “currículum” –Año 3/ Nº 5/
julio 1978 de la OEA, auspiciada por la Universidad Simón Bolívar de
Venezuela); en nuestro país recién se está introduciendo esta terminología como
novedad.
De esta manera, los
materiales curriculares no se extraen de nuestra realidad, sino vienen
empaquetados de otros países. Seguramente para cubrir estas carencias, siempre
se escribe que son flexibles, incluso actualmente se nos da una décima de horas
para complementar con lo que nos parece. ¿Qué flexibilidad puede haber en un
sistema educativo totalmente rígido a merced de la normatitis? Enjaulado en
horas de clase, alejados totalmente de la investigación y la experimentación
científica. Sencillamente “cumplir el
dictado de clases” es el mandato imperativo. Actualmente incluso con el
aumento de horas de dictado de clases porque en otros países tienen más, sin
tomar en cuenta por qué lo tienen y que es lo que hacen; simplemente pensando
que “a más horas de clase más educación”.
Ridículos burócratas.
Esta estrategia
aumentativa de horas sin por qué ni para qué, sin tomar en cuenta incluso el
estado nutricional de nuestros niños, la situación laboral infantil de más de
dos millones de ellos, indudablemente está causando el efecto contrario: a más
horas de clase, más cansancio y peor educación.
Hasta el momento se
aprende y se enseña en base a un currículo impuesto, abstracto, fuera de
nuestra realidad. Los docentes que son los ejecutores y tienen la experiencia
del caso NO SON PARTÍCIPES en su elaboración, por el contrario, son obligados a
hacer tal y como el ministerio manda. Estos burócratas, se olvidan de lo que
copian: “El Ministerio de Educación asume
como política priorizada que los docentes se formen y desempeñen en base a criterios concertados en el marco de
una carrera pública renovada”. Se lee en su Web.
Alegremente, “El Ministerio de Educación asume como
política priorizada que los docentes se formen y desempeñen en base a criterios concertados en el marco de
una carrera pública renovada. En ese
contexto, la Política Integral de Desarrollo Docente tiene el objetivo de
promover la innovación y el desarrollo del conocimiento pedagógico, así como a
generar el compromiso de los docentes con su propio desarrollo profesional”.
(http://www.minedu.gob.pe/politicas/docencia/)
Es bonito lo que
copian, pero, HACEN LO CONTRARIO; aplican una decadente “meritocracia” con “evaluaciones”
amañadas, que sólo obligan a "ascender"
para “ganar más”, que, lejos de
renovar, desactiva a los docentes en todo sentido y, en el peor de los casos
los vuelve “egomaniáticos”; sobre
todo los que “ganan” supuestos concursos
para “especialistas” en las ugeles: creer
que lo saben todo y son mejor que los otros. Pobres docentes.
Contrariamente a sus
prédicas, el ministerio de educación ha profundizado la rutina de los docentes.
Aquí una especie de decálogo rutinario:
1.- Aceptar
pasivamente y sin chistar lo que las “autoridades
educativas” nos imponen.
2.- Alejarme de los
maestros críticos, para no ganarme la mala voluntad de las autoridades.
3.- Dejarlo todo a la
“voluntad” de las autoridades y la “decisión” final de Dios.
4.- Dedicarme sólo
al trabajo individual y no buscar la articulación de lo individual y colectivo.
5.- Seguir pensando
en cantidad, cuantas más horas trabaje y cuadernos llene, seré el mejor.
6.- Creer que no
puedo cambiar. “Ya tengo mi forma de
ser”.
7.- Seguir copiando
de los programas curriculares tal y como me las dan.
8.- Seguir sin
comprender que puedo también ser alumno y aprender de mis alumnos.
9.- Seguir
divagando, implementando el divorcio entre el libro y la vida práctica.
10.- Seguir con mi
evaluación exclusiva memorista, de control de información.
LA GRAN RESPONSABILIDAD DE SER DOCENTE
La mayoría de
docentes conocen su realidad, pero están atrapados por la imposición y la
normatitis, acostumbrados a copiar lo que le dan, peor aún, sin un sindicato
que los defienda. Necesitan entonces, de un cuadro de ideas o temas de la
realidad, con los requerimientos ideológicos y políticos necesarios que
faciliten el análisis e interpretación de esa realidad y poder transformarla.
Tienen que juntarse todos los docentes, formando círculos pedagógicos de
estudio y lucha en los cuatro terrenos fundamentales de la labor docente:
Económico, pedagógico, ideológico y político y forjar un currículo
transformador.
Las experiencias de
aprendizaje no pueden seguir dándose en el vacío. No esperar más. No seguir
siendo un docente “oficial”.
Transfórmate en docente social. Realmente en un líder social. Estudiando,
aprendiendo y enseñando críticamente. Actuado críticamente y por ende
transformando el abstracto currículo impuesto en un cuadro de ideas y
contenidos de nuestra realidad en función de una educación mejor, un docente
mejor, un estudiante mejor y por ende una sociedad mejor. El buen docente tiene
que trascender más allá de su aulajaula. Autoedúcate querido docente, conoce
más allá de lo que te dicen, porque no se puede hacer lo que no se conoce,
tampoco criticar y mucho menos amar lo desconocido. El ser humano es un ser
social y, la esencia del saber está en la práctica social. Por eso se dice que
la educación en el Perú es subjetiva, porque no tiene relación con la práctica
social. Lo que enseñamos actualmente no parte de la práctica social. Y, peor
aún, no tiene forma de aplicación en nuestra vida diaria. El ser humano que
conoce la realidad lucha para transformarlo. Nuestros niños y jóvenes necesitan
con urgencia este tipo de enseñanza y aprendizaje. Ahí está la clave del asunto
para que nuestros estudiantes tengan mejor nivel académico, y, lo que es mejor,
adquieran pensamiento científico. Es lo que llamamos educación transformadora. Liberar
a nuestros alumnos de todos los vicios de este sistema es una gran
responsabilidad. En tus manos está la decisión y, quien sabe la solución.
¿CÓMO EVALÚA UN DOCENTE TRANSFORMADOR?
La evaluación
escolar en el Perú es una especie de sanción, no comprueba logros, ni avances,
ni dificultades, sólo mide información más aún es el centro de la educación. El
buen alumno es el que obtiene las más altas calificaciones. En otras palabras: el
eje de la educación es el examen y su nota. No contribuye absolutamente en nada
en mejorar la educación, a no ser a humillar y avergonzar al estudiante. Cuando
el docente dice: “Este es el rol de
exámenes” o en todo caso “mañana tomo
examen” en el tono que lo diga, suave o fuerte, siempre causa temor y
ansiedad en el estudiante. Y, es que precisamente, el informe que tiene que
presentar sobre promoción y repitencia está basado en el examen. La evaluación
le convierte en un superdocente. Este superdocente sólo evalúa los éxitos y los
fracasos de sus estudiantes.
De esta manera: el
alumno se prepara para el examen; el padre exige a su hijo un buen examen; el
profesor informa las notas de los exámenes. La palabra examen es un fantasma
que recorre todas las aulas, las calles, el hogar y la cabeza de todos los
burócratas educativos. Los colegios privados no toman examen si el alumno no ha
pagado pensión.
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