PEDAGOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN: Parte VIII
(Crisis de la Educación; Causas y soluciones)
Por Carlos Villacorta Valles
odesi12@yahoo.es
III. NIVELES DE
TRANSFORMACIÓN PEDAGÓGICA Y SU IMPLICANCIA PRÁCTICA EN EL AULA Y LA SOCIEDAD.
3.1. Transformar la realidad desechando ilusiones y
fantasías pedagógicas
Algunos teóricos educativos nacionales de actualidad,
nos brindan un escenario descriptivo de: “globalización”, “revolución
tecnológica”, “robótica”, “informática”, “genoma humana”,
“nanotecnología”, y sobre todo la
“Tecnología de la Información y
Comunicación”, como si los peruanos fuéramos los creadores o parte de ese
desarrollo, sembrándonos una ingenua
idolatría de algo que no producimos. Nos crean una realidad ilusoria totalmente
subjetiva.
Copiar esas consignas y sentirnos “modernos” y “actualizados” es una ilusión ciega, un cuento de hadas,
porque el mundo más cercano que tenemos es la absoluta carencia, atraso
tecnológico y sólo abastecedores de materias primas, de cuyas bajas regalías
vivimos, de acuerdo a la “voluntad” y “generosidad” de las transnacionales que
los explotan hoy más que nunca y que nos hacen los depositarios de sus
inversiones y préstamos impagables. Esta realidad no toma en cuenta la
educación para cambiarla.
En efecto, sólo podemos informarnos de los
indiscutibles y grandes progresos alcanzados en el mundo; progresos que están
vinculados a las condiciones concretas de sus realidades. Es un grave error,
dañino y peligroso imponerlos en nuestro país como si fuéramos parte de su
creación, con consignas altisonantes y sin considerar nuestras propias
condiciones socioeconómicas, políticas y culturales. Este tipo de conducta nos
induce una educación ilusoria, aliena aún más nuestra conciencia: Imaginar que
estamos en una etapa superior sin estarlo es perjudicial para nuestra salud
mental.
Por eso nuestra educación va a tener un ideal
abstracto, teorético, sin posibilidad de experimentación, menos
comprobación. El conocimiento alejado de
la realidad, pierde el contacto con la verdad.
Así pues, debemos de reelaborar nuestro propio sistema
de pensamiento educativo al margen de la oficialidad burocrática educativa. Hay
que enfrentar con decisión firme la dificultad impuesta por la educación y
pensamiento actual para evitar que nos acerquemos a la realidad con efectividad
de pensar y buscar soluciones a los problemas educativos, porque nos vamos a
dar cuenta con mucha lucidez que la presente educación no sirve a nuestro
pueblo, menos a nuestros niños y jóvenes. Educar para comprender porque debemos
transformar este mundo es vital; ahí se encuentra precisamente la misión
concreta y teórica de la educación. No es de extrañar, pues, que los que
controlan el poder económico y del conocimiento, nos quieran muy lejos, pero
muy lejos de la realidad que vivimos. Ir al campo, al parque, al mercado,
invitar amigos intelectuales, enseñar a ver la realidad a nuestros estudiantes,
ya basta de no ver lo que estamos viendo.
Necesitamos crear educación y sabiduría a partir de
nuestra realidad concreta para transformarla, que perciba conexiones, anticipe
consecuencias y aplique el conocimiento a las situaciones prácticas, reales,
nuestras, para luego conceptuar ideas, juicios, criticidad y desarrollar la
imaginación creadora, forjando verdaderamente una educación peruana, para
nuestro desarrollo autónomo e independiente en todos los campos, inclúyase
principalmente el avance científico tecnológico. Necesitamos ser libres de
verdad. Sólo la libertad produce desarrollo.
Es importante entonces que se entienda y no se
“olvide” que, el paso trascendental para conseguir ser otro o forjar una nueva
personalidad peruana y por consiguiente un nuevo hombre peruano, es rescatando
por supuesto nuestras raíces, a través
de nuestras creencias, convicciones y hábitos que al final se convierten en
nuestra conciencia, es decir en nuestro estado mental. Acaso UD. no se ha
preguntado alguna vez, por qué si los peruanos destacamos casi en todo, somos
los primeros en muchos aspectos a nivel mundial, primeros en determinada
producción, etc. Sin embargo perdura nuestro atraso. Reitero, porque no somos
libres de verdad. No analizamos la realidad para transformarla. Vivimos en el
Perú como extranjeros.
En ese sentido, es importante también y comprender que
nuestra supuesta incapacidad, no está en la falta de inteligencia y habilidad,
sino en nuestro alejamiento de la realidad concreta, en nuestra carencia de
autonomía que nos genera una débil decisión y el temor de enfrentar el poder de
la inversión autónoma e independiente para producir nuestra tecnología. He ahí el quid de nuestra incapacidad.
La educación refuerza estos conceptos y nos impone el
gusto de vivir como pupilos, de depender de otros, esperar que otro lo haga por
mí. No voy a poder percibir que mi libertad esta encarcelada, enjaulada; que
mis acciones libres están digitadas por otros.
Y, considerando que la libertad es el origen y el
destino del hombre, nos debemos imponer el deber de desarrollar nuestra
voluntad de ser libres. Siendo el más genuino y puro interés libertario el interés y esfuerzo colectivo. El individuo
jamás podrá liberarse solo. Así como el buen educador significará poco si
trabaja solo. El ayllu, la mita y la minka son nuestras raíces como ejemplo,
más la tecnología actual serían poderosos instrumentos de transformación. Base
de una pedagogía para la transformación.
Considerando también que, es común escuchar: “si
queremos que la sociedad cambie, primero hay que cambiar uno”. Parece cierto,
pero es una verdad a medias. Es anticientífica. Está comprobado que efectivamente el hombre tiene ideas,
pensamiento, convicciones, sólo a través del mundo exterior. El cerebro elabora
lo que el mundo material le da. Nuestra forma de vida en sociedad determina
nuestra conciencia. ¡Ojo! No vivimos solos. Por esta razón los medios de
comunicación y nuestra misma educación, que forman parte importante de nuestra
vida y, aparentemente inofensivos, sin embargo influyen poderosamente en
nuestra conducta y personalidad individual y social, por tanto es imposible
enfrentarme solo ante tanta arremetida anticultural que siembra individualismo,
“Sálvese quien pueda”.
¿Cómo
entonces desechar ilusiones y fantasías pedagógicas para aplicar una pedagogía
para la transformación? Les propongo 6
ideas centrales:
1.-
Comprender que, las condiciones materiales de existencia es la realidad
objetiva fuera de la conciencia del hombre en todas sus formas y
manifestaciones, pero que, al mismo tiempo es reflejado en la conciencia de ese
hombre, en pensamientos, ideas, actitudes y emociones transformadoras. El mismo
hombre como primera fuerza productiva y sus relaciones de producción forma
parte como principal y fundamental
componente de las condiciones materiales de existencia, junto al tiempo,
espacio, movimiento, economía, propiedades,
clases sociales, leyes, Estado, geografía, etc.
2.-
Comprender que, el único medio para dotarnos y desarrollar nuestras capacidades
y habilidades transformadoras es la práctica científica, el trabajo
disciplinado, consciente y firme. Es imposible por ejemplo ser un buen chofer,
sin antes haber conducido un auto o cualquier vehículo de conducción; es
imposible ser un buen maestro sin antes haber trabajado como maestro. Entonces
sólo faltaría una buena forma y métodos de educación científica transformadora.
Una contundente teoría científica, para ser aplicada y, a través de la práctica
comprobar su validez.
3.- No
basta transformarme yo. Debo unirme a otros que quieren lo mismo. Es necesario
conformar poderosas organizaciones de acero puro, con alta preparación
científico popular intelectual capaz de derribar los inmensos muros de
fantasías, que impiden que lleguemos a nuestra realidad concreta.
4.-
Esforzarnos por investigar y explicar con sencillez (no simpleza) y claridad
las verdaderas causas para que el hombre que construye la riqueza,
absolutamente la mayoría viva asfixiado por la injusticia social y muera
ensombrecido por el hambre y la carencia.
5.- Hacer
un esfuerzo colosal por descubrir los verdaderos intereses ideológicos y
políticos que se agazapan con la educación que impartimos diariamente y por qué
se trae de otros países.
6.-
Practicar desde estos momentos una pedagogía para la transformación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario