Oswaldo Reynoso, desde Pucallpa,
habló sobre Vargas Llosa y las ferias de libros. A continuación transcribimos
su discurso
Sobre Vargas Llosa
Entre los miembros del jurado estaba Alfonso Reyes. Alfonso Reyes no suscribió
el acta de otorgamiento del premio a “La ciudad y los perros”, porque dijo: No
es más que una adaptación a la situación peruana, de un libro, de un alemán,
Musil, que se llama “Las Tribulaciones del joven Torless”. ¿Qué pasa en ese
libro? Hay un internado; hay uno que sacrifican, que es el perro; salen de ahí
a un burdel; ahí está la dominación terrible de los que manejan ese centro. Si
ustedes leen “La ciudad y los perros” y leen eso, verán que Vargas llosa hace
una magnifica transposición de ese relato. Lo hace bien; pero los personajes y
la idea es de Torless. Entonces hay escritores, como yo digo, que miran la
pared, otros miran el ombligo y otros miran dónde están parados. Los que miran
la pared son los que recurren a bibliotecas, los que escriben con el ombligo
son los que siempre hablan de sí mismos, y los que escriben dónde están
parados, son los que penetran la realidad porque saben dónde están parados. En
el caso de Vargas llosa y de todos ellos, son escritores que más miran la pared
que el ombligo y el piso.
Vargas Llosa al ganar el premio de Biblioteca Breve, entra en sociedad con la
editorial. Esta le da acciones, entonces no solamente es un escritor de la
editorial sino también es accionista, y la plata que gana la va invirtiendo en
las editoriales. Cuando le encargan un libro, o él mismo se encarga uno,
comienza el trabajo de investigación. Él posee tanta plata que tiene
departamentos de gente que paga para que investiguen. Reúne datos. Y después
que ha reunido los datos, él arma la novela, por
eso cuando ganó el premio Nobel de Literatura y le preguntaron ¿qué le parece
el premio?, él dijo "Le han dado el premio a un arquitecto de la novela,
no a un creador, sino a un arquitecto”. Es posible que él para escribir
su novela, la peor novela que ha escrito, “Lituma en los Andes”, haya recurrido
a sus grupos de apoyo. Voy a poner un pishtaco, ¿qué hay de los pishtacos?,
entonces sus secretarios se encargan de ver y le pasan un informe. Esa no es
una forma solo de Vargas Llosa, eso lo hacía un gran escritor inglés Maugham,
“La servidumbre urbana”. Pero después se volvió comercial, a tal extremo que
decía ―tenía mucho dinero―, voy a escribir una novela o un cuento sobre Hong
Kong, y tenía un departamento que averiguaba los planos, los hoteles, la
comida, y le llevaban al escritorio y el armaba el cuento y daba la impresión
de que él había estado en Hong Kong, sin haber visitado nunca Hong Kong. Ese es
el sistema que emplean muchos novelistas, entre ellos Vargas Llosa.
Para terminar. Hay un amigo que llegó de viaje a París. Fue a París y de pronto
recibe una llamada de Vargas Llosa, y se dice ¿cómo sabe que estoy en París? Yo
quiero tener una conversación contigo, le dice Vargas Llosa, y le invita a su
casa y va, está ocho horas conversando con él; yo le pregunto a mi amigo
después, ¿pero qué te une a él? Es que yo he sido miembro del grupo Cahuide
cuando él estaba en la universidad, y pertenecía a una célula del Partido
Comunista. Me ha grabado todo lo que yo recordaba. El escritor con eso elabora
toda la parte de su experiencia de comunista en "Conversación en la
catedral".
Otra historia muy interesante. Yo había llegado de China y estaba en un bar,
“Palermo”, y se presenta un señor y me dice, don Oswaldo quiero pedirle un
favor. ¿Qué favor? Quiero que usted escriba la novela que yo no puedo escribir.
¿Pero por qué? ¿Usted ha leído “La historia de Mayta”? Sí. Yo soy Mayta. Vargas
Llosa ha ido al penal con una grabadora, ha grabado toda mi experiencia
política, la rebelión de Jauja. En ese entonces había el partido trotskista
dirigido por un homosexual, Frías, trotskista; entonces Vargas Llosa une a
Mayta con Inmael Frías y a ese que no es Mayta, de la prisión, y crea un
personaje que es Mayta. Cuando sale en libertad este que no es Mayta y la
novela se ha vendido por todo sitio, va a su casa y su mujer lo bota, le dice
por qué me has ocultado que eres homosexual, y él dice, ¿yo homosexual? Sí, ahí
está la novela de Vargas Llosa, te ha puesto otro nombre pero todo lo que dice
es lo que tú has hecho. Entonces yo le digo ¿Y qué pasa? He ido a un abogado
para iniciarle juicio a Vargas Llosa; pero el abogado me dice que en el libro
este personaje es de ficción y que no es una biografía, no es nada; entonces me
ha aconsejado que yo escriba una novela sobre la verdadera historia de Mayta, y
como yo no sé escribir, yo sé que usted ha llegado de China, quiero que usted escriba
la novela. Yo le digo ¿Cómo voy a escribir la novela? Yo en la noche recuerdo
todo, me dijo, y voy grabando en casetes. Le voy a traer los casetes para
basado en ellos usted escriba la novela. Le digo que es imposible porque en dos
días viajo China, busque usted a otro escritor y le doy varios nombres. Al día
siguiente que voy a Palermo, encuentro cinco cajas de leche Gloria, con
casetes, la defensa de este señor. Dije al dueño que si volviese, las
devolviera. Cuando volví de China me interesé por el asunto y me dijo que a
raíz de la novela de Vargas Llosa lo estaban persiguiendo y él había salido al
extranjero. Nunca más supe de él.
Entonces la forma de escribir de Vargas Llosa, es recogiendo documentación; el
Celta, por ejemplo. La última novela, también. Hay una cosa que se comenta en
Piura, que hay un señor que sabe perfectamente lo que Vargas Llosa cuenta; dice
que su padre lo llevaba a una hacienda, de negros que cantaban Cumaná. Este
señor, que fue amigo de infancia de Vargas Llosa, vive en Piura, y nadie sabe
que tuvo la infancia con Vargas Llosa. Entonces la gente lo molesta. En la
pared de su casa ha puesto un letrero que dice “si quieren hablar conmigo
llamen a tal teléfono”. Los piuranos que son muy bromistas lo llaman. ¿Aló?
¿Sí? ¿Con el señor tal? Mire usted, habla el papa. ¡Váyase a la m..., no me
joda! Hay una llamada directamente de Washington, habla Obama. ¡Váyase a la
m...! Una vez llega Vargas Llosa a Piura, con un periodista, llega y llama por
teléfono. Recién Vargas Llosa había recibido el premio Nobel y estaba
preparando esta novela. ¿Aló? ¿Sí? ¿Con quién? Mire usted, habla con Mario
Vargas Llosa. ¿El que acaba de recibir el premio?... ¡Váyase a la c..., no me joda!...
El periodista volvió a llamar y le dijo, sí, es verdaderamente Vargas que
quiere que le cuentes la infancia que tuviste ahí en la hacienda. Entonces él,
más que un novelista creativo, es un novelista de información, por eso sus
novelas ya no las leo, porque parecen costales de información, todas sus
novelas están con información, no hay creación…
Sobre las ferias de libros
Quiero indicarles que en los últimos años yo he sido invitado a muchas ferias
que se realizan en el Perú y en el extranjero. Y sé lo que significa organizar
una feria, sé el trabajo que tienen que hacer los organizadores, en primer
lugar para recibir el apoyo de las autoridades, en segundo lugar, para
conseguir los auspiciadores, porque una feria no se hace del aire y, en tercer
lugar, el trabajo efectivo de la organización de una feria es una tarea muy
complicada, muy difícil, por eso va mi saludo y mi congratulación a los que han
tenido en su mano la organización de esta feria.
Para ilustrar lo que significa una feria, yo me voy a referir a 3 o 4 casos muy
sucintos.
Se dice que solamente en el Perú los que organizan ferias comenten faltas, eso
es falso, totalmente falso, porque una vez que me invitaron a la feria de
Santiago con Rocío Silva Santisteban, nos dejaron botados en el aeropuerto y no
sabíamos a dónde ir. Miren ustedes, una feria internacional en Santiago.
En la feria de Bogotá pasó lo mismo, el embajador que era un señor Forsay. No
mandó ningún delegado, nada, a que nos recibiera. Cuando hubo una mesa redonda
sobre la literatura peruana donde estaba Zavaleta, Miguel Gutiérrez y yo, no
habían hecho la suficiente propaganda a tal punto que solamente había dos
personas. Se acercó el señor Forsay a la puerta, miró y preguntó: “¿Ha venido
mi amigo Ampuero?”, le dijeron que no. Y se fue, ni siquiera nos saludó. Cuando
el señor Toledo, después de inaugurar la feria, un periodista le preguntó qué
libro está usted leyendo, él dijo “Los problemas del gobierno me tienen tan
ocupado que hace dos años no leo ningún libro, y eso fue titulares en todos los
periódicos de Colombia; o sea, que si una feria tiene fallas, esas fallas
también hay en las ferias grandes internacionales.
Pero acá en el Perú, por ejemplo en esta feria, no he encontrado ninguna falla
y por eso los felicito, pero además hay otra cosa importante. Los organizadores
de la feria tienen que enfrentarse a burócratas que han sido elegidos y que no
saben qué es la cultura. Un ejemplo, en Huánuco, el gobierno regional organizó
una feria. Cuando los stands ya estaban en la plaza de armas, un día antes de
la inauguración, llegó un piquete del serenazgo del municipio con
destornillador, martillo y serrucho, a botar al suelo todos los stands. El
alcalde dijo que eso afeaba el ornato de la plaza y mandó a la feria a un parquecito.
Como nos alojaron en un hotel principal, yo vi que frente al municipio estaban
armando un tablado, toda la noche estuvieron vedets y hubo una gran jarana...
Al día siguiente me levanté, las calles eran ríos de cerveza y orina, ¿saben
quién era ese alcalde? El que ahora está prófugo, Coco… Giles...
A veces los organizadores se encuentran con bestias, y aquí está mi amigo
Miuler Vásquez, que quiso organizar la feria en Tarapoto y el alcalde le puso
tantas trabas, que el alcalde de Morales le dijo ven aquí y organizamos la
feria acá, y se organizó la feria en Morales y toda la prensa que apoyaba a ese
alcalde y a esos regidores, les dijeron que eran traidores, fumones,
delincuentes ¿Ven ustedes lo que significa organizar una feria? Acabo de estar
en el bajo Piura, en un pueblito pequeño campesino que se llama Bernal, en una
feria que la organiza un escritor joven, Jorge Tume. Me cuenta que el alcalde
cortó la luz porque no les permitió la plaza pública. Tuvieron que ir a otra
plaza, a la Plaza Grau, y el alcalde mandó a cortar la luz a todo el sector, y
ellos tuvieron que hacer conexiones clandestinas para la iluminación y los
micros. Entonces pues, organizar una feria, yo sé lo que significa y cómo hay
que enfrentarse en algunos sitios con energúmenos. De un sitio vino un señor
del municipio y me dijo: “Mire usted, yo soy encargado de cultura, quiero
hacerle una pregunta, ¿cuál es el costo y beneficio inmediato de esta feria?”
Lo mandé a pasear. Hay costo, pero el beneficio es a largo plazo, porque es la formación
del sentido cultural de la gente, y la formación de una calidad de vida
cultural se hace paso a paso. Este es el primer paso. Ojalá que en el futuro
ustedes no encuentren ninguna traba y podrán organizar una feria mejor, no
mejor, sino repetir el triple el éxito de esta feria. En lo que se refiere a
mí, yo he intervenido en dos conferencias, en algunos debates, y además muchos
de mis libros que he traído se han agotado. Si me invitan la próxima vez,
traeré más libros, así que me voy muy agradecido.

Oswaldo Reynoso Díaz
Escritor
peruano