Enviado por Miuler Vásquez
La nochebuena
Yo celebro la navidad; pero la celebro no celebrándola.
El estipendio de los que laboran es irrisorio.
El salario de los desocupados no hay.
Yo celebro la navidad; pero la celebro no celebrándola.
El estipendio de los que laboran es irrisorio.
El salario de los desocupados no hay.
Unos comen menos de tres veces al día, en tanto que otros no
se sientan jamás a yantar en horas comunes de comida.
Un padre, echado del trabajo, es baleado en una chacra por ir a robar alimento para sus hijos.
Un padre, echado del trabajo, es baleado en una chacra por ir a robar alimento para sus hijos.
Bebés llorando la ausencia de sus madres, que han ido a buscarse la vida.
Madres huyendo, aterrorizadas, del hambre de sus hijos.
Niños reptando, zarrapastrosos y hambrientos.
Niños pálidos e insomnes por el hambre.
Madres sin leche en los senos por el hambre.
Padres retornando tristes de buscar trabajo.
Nosocomios saturados de enfermos.
Cementerios indigestados de tantos muertos.
Dime, ¿puedes tú sentarte a una mesa navideña para celebrarla llenándote de licores, panetones, caramelos, cocoa, carne, leche y jolgorio?
Si lo haces, eres un «valiente» independizado de ese mundo de coprófagos que te rodea.
Yo no puedo; porque, siendo «humano», me duele el Perú, y tengo vergüenza de reír y comer esa noche.
---Carlos Maktangrunaka---
No hay comentarios:
Publicar un comentario