sábado, 23 de abril de 2011

♠ LA PERSONA FRENTE AL MIEDO, EL ESCRITOR FRENTE AL MIEDO, TÚ FRENTE AL MIEDO


El conocer las diferentes situaciones que la vida nos plantea, entendiéndolas, utilizando la razón, deben reducir nuestros miedos, aunque no genere el coraje, tan necesario para afrontar retos nuevos o situaciones diferentes, tanto en la vida privada como en la colectiva.

La valentía es una actitud, no podemos pretender grandes transformaciones o realizaciones, sin la valentía, la necesitamos para amar y para llorar, para vencer y para aceptar la derrota, para experimentar plenitud y para muchas cosas más.

El coraje es el motor de la existencia humana, pero para una existencia digna, más solidaria y comprometida con nuestra realidad y nuestra misma esencia.

El ser valiente no significa ser tonto útil, significa confluir la pasión y la razón para enfrentar lo desconocido.

Ante la adversidad, me decía un Maestro, soporta un minuto más.

El ser humano con vocación a trascender, vive intensamente cada minuto de su vida para tratar de alcanzar su ideal.

No existe valentía sin esfuerzo y sin temor, reza una vieja enseñanza, para acceder a la valentía es necesario conocer el miedo.

El hombre o la mujer que ejercita el coraje como virtud, jamás olvida la excepción de la regla, ya que es importante aprender a discriminar, cuando se justifica y cuando no.

En el hombre y la mujer que se asumen como libres, además de su grandeza moral, requieren de inteligencia práctica, capacidad de razonar y evaluar consecuencias. Consecuentemente, la prudencia jamás será cobardía.

La psicología nos enseña que para vencer el miedo hay que enfrentarlo, hay que exponerse a él.

Muy pocos especialistas hoy en día, dudan que la audacia responsable, como conducta de vida, reduce las probabilidades de producir enfermedades relacionadas con la ansiedad.

Las mujeres y hombres que gustan explorar, innovar, abrir nuevas opciones, buscar en lo desconocido, producen inmunidad al miedo con respecto a las que viven limitadas y aferradas a viejas formas y en muchos casos anquilosadas que significan de alguna forma sus fuentes de seguridad y estabilidad.

También nos enseña la psicología que resulta imposible superar el temor irracional. Si el miedo es absurdo, hay que aventurarse a vencerlo, hay que luchar contra el miedo, hay que faltarle al respeto, debemos retarlo. Hay que asustar al miedo, para perder el miedo, decía el maestro.

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