lunes, 21 de julio de 2025

LOS MONTONEROS Y LA TRAICIÓN DE PUNCHAUCA: UNA INDEPENDENCIA FRUSTRADA PARA LOS PUEBLOS DEL PERÚ

 

LOS MONTONEROS Y LA TRAICIÓN DE PUNCHAUCA: UNA INDEPENDENCIA FRUSTRADA PARA LOS PUEBLOS DEL PERÚ

Por Carlos Villacorta Valles


carlosvillacortavalles@gmail.com

Julio 17/07/2025

LA OTRA HISTORIA DE LA INDEPENDENCIA

La historia oficial de la independencia del Perú ha sido narrada, en gran parte, desde la perspectiva de las élites criollas y militares, marginando a los verdaderos protagonistas populares: los montoneros, campesinos, aborígenes y mestizos que combatieron desde décadas antes a la corona española. Una mirada crítica revela que el proceso estuvo lleno de contradicciones, pactos de élite y traiciones a los sectores populares que verdaderamente combatieron por la emancipación.

Este ensayo busca recuperar esa historia silenciada y señalar cómo el Pacto de Punchauca entre José de San Martín y el Virrey La Serna marcó un punto de inflexión que traicionó las aspiraciones populares de emancipación. La proclamación de la independencia en 1821 no trajo justicia, sino el reacomodo de la oligarquía criolla en el poder, dejando intacto el viejo orden colonial.

LA LUCHA POPULAR INDEPENDISTA ANTES DE SAN MARTÍN

Mucho antes de la llegada de San Martín en 1820, las resistencias populares contra el régimen colonial habían estallado en múltiples regiones. La rebelión de Túpac Amaru II (1780-1781) en el sur andino y la de Túpac Katari en el Alto Perú no fueron hechos aislados, sino el preludio de un largo proceso de insurgencia social y étnica. Luego de su derrota, surgieron montoneras rurales compuestas por campesinos, mestizos, aborígenes y algunos patriotas criollos radicales, quienes asaltaban guarniciones, cortaban rutas de suministros y sostenían una guerra de guerrillas contra el virreinato.

El historiador Virgilio Roel Pineda señala que “la independencia no se habría consolidado sin el accionar constante de las guerrillas rurales, llamadas montoneras, que operaban en los Andes, la costa y la selva del Perú central y sur” (Roel, 1971). Estas luchas no respondían simplemente a consignas ilustradas o liberales, sino a demandas concretas de tierra, justicia y fin del tributo colonial.

EL CERCO A LIMA POR LAS MONTONERAS, SAN MARTÍN TRAICIONA

Hacia 1820-1821, las montoneras lograron cercar Lima desde varios frentes: en la sierra central (Cerro de Pasco, Tarma, Huánuco), en Ica y en los valles costeros del sur. San Martín, tras desembarcar en Paracas y tomar Huaura, no controlaba la ciudad capital. Eran los grupos armados populares quienes estaban imponiendo presión al virreinato.

El historiador Heraclio Bonilla argumenta que “la independencia del Perú no fue un proceso impulsado por las élites, sino una consecuencia de la descomposición del sistema colonial y de la presión de los sectores subalternos” (Bonilla, 1972). Fue este contexto el que llevó a San Martín a negociar con el virrey La Serna en Punchauca (junio de 1821), buscando una salida pactada para la transición política, evitando una toma popular de Lima.

EL PACTO DE PUNCHAUCA: LA TRAICIÓN SILENCIOSA

El 2 de junio de 1821 se celebró una reunión secreta en la hacienda Punchauca, al norte de Lima, entre José de San Martín y José de la Serna. San Martín proponía un modelo monárquico moderado, con un príncipe europeo al frente del nuevo Estado, y prometía garantías para los intereses de las clases dominantes. La Serna aceptó retirarse a la sierra, dejando Lima en manos de los patriotas, a cambio de que no se permitiera un levantamiento popular descontrolado.

Mientras tanto, San Martín engañaba a los montoneros, diciéndoles que la ciudad sería entregada pacíficamente y que no había necesidad de entrar en ella. Según testigos de la época, muchos jefes montoneros se sintieron traicionados cuando, pocos días después, San Martín ingresó solo a Lima y proclamó la independencia el 28 de julio de 1821.

El historiador Nelson Manrique ha denunciado esta traición como “el acto fundacional de una república criolla que nace de espaldas a los sectores populares, marginando a quienes hicieron posible la caída del virreinato” (Manrique, 1993).

EL REAL FELIPE Y LA CLASE DOMINANTE CRIOLLA

Mientras La Serna huía a la sierra para reorganizar su ejército en el Cusco, la élite limeña se refugió en la fortaleza del Real Felipe del Callao, esperando el desenlace final del conflicto. Tal como señala el historiador Charles Walker, en La rebelión de Túpac Amaru (2014), “la élite limeña temía más a los montoneros que a los realistas, pues representaban una posibilidad de revolución social, no solo política”. Para ellos, San Martín ofrecía una solución intermedia: asegurar la independencia sin revolución social. Esta clase dominante mantuvo sus propiedades, privilegios y control político tras la independencia.

La independencia se proclamó, paradójicamente, “a nombre de los indígenas, y por la voluntad general de los pueblos”, pero sin que los pueblos indígenas recuperaran sus tierras ni se abolieran los tributos ni las formas de servidumbre. Se mantuvieron las estructuras raciales, económicas y políticas del régimen colonial.

El jurista e historiador Luis E. Valcárcel afirmaba que: “la república peruana fue una continuación del virreinato, con otro ropaje legal; las castas dominantes permanecieron en el poder, sin que la masa indígena viera realizados sus anhelos” (Valcárcel, 1927).

¿INDEPENDENCIA O CONTINUIDAD COLONIAL?

La historia de los montoneros y el pacto de Punchauca revela una verdad incómoda: la independencia del Perú no fue un proceso de guerra independista, sino una transacción política pactada entre sectores criollos y realistas, que buscaban evitar el estallido de una revolución social como la que se había dado en Haití. La independencia del Perú fue una revolución traicionada.

La figura de San Martín, lejos de ser un libertador absoluto, fue el mediador de una independencia conservadora, que dejó intacta la opresión de las mayorías.

Hoy, a más de dos siglos de la proclamación de 1821, urge repensar la historia desde los vencidos, los excluidos, los traicionados. La verdadera independencia sigue pendiente.

 

Bibliografía

  • Bonilla, Heraclio. Independencia en el Perú: las palabras y los hechos. Lima: IEP, 1972.
  • Manrique, Nelson. Utopía, memoria y poder: Ensayos de historia e ideas en el Perú. Lima: SUR, 1993.
  • Roel Pineda, Virgilio. Formación histórica de la nación peruana. Lima: Editorial Los Andes, 1971.
  • Valcárcel, Luis E. Tempestad en los Andes. Lima: Amauta, 1927.
  • Flores Galindo, Alberto. Buscando un Inca: Identidad y utopía en los Andes. Lima: IEP, 1986.
  • Basadre, Jorge. Historia de la República del Perú (1822-1933). Lima: Editorial Universitaria, 1968.
  • Walker, Charles. La rebelión de Túpac Amaru. Lima: IEP, 2014.
  • Contreras, Carlos y Cueto, Marcos. Historia del Perú Contemporáneo. Lima: IEP, 2004.

 

 

 

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