viernes, 13 de septiembre de 2024

UNA BARBA HISTÓRICA: Y, LA UNIVERSIDAD NACIONAL PARA SAN MARTÍN

 


UNA BARBA HISTÓRICA: Y, LA UNIVERSIDAD NACIONAL

PARA SAN MARTÍN

Por Carlos Villacorta Valles

 

En un encuentro literario con estudiantes del colegio Germán Tejada Vela de Moyobamba; un estudiante, en pleno conversatorio, como si viera que algo había detrás de la barba que me caracteriza, me preguntó a boca de jarro: “¿Usted por qué usa barba?”

 

Todos me observaban inquisidores y en silencio, vi al Director que miraba al alumno de manera desaprobatoria, entonces, yo sonreí de buena gana, y, como si los estudiantes y profesores estarían conteniéndose la risa, la soltaron, también, de buena gana.

 

Es una larga historia, le contesté, a la vez, un símbolo de rebeldía juvenil.

 

¡CUÉNTENOS! -DIJO UNA VOCECITA JUVENIL.

 

Les cuento: cuando Ingresé a la Escuela Normal “Virgen Dolorosa” de Tarapoto, el año 1973, estaba dirigida por el sacerdote español Javier Burgoa. No parecía un centro superior de estudios para profesionales mayores de edad, el cura Director nos trataba como a niños, inclusive no podíamos conversar con nuestras compañeras, ni mirarlas, pero él sí, las miraba con sus ojillos pícaros y eróticos, deslizando sus dedos lascivos por su larga barba, enrojeciendo su cara de bagre cuando veía pasar una compañera bonita y bien proporcionada.

 

No permitía el pelo largo, menos  tener barba. Nos rebelamos. Consideramos un abuso, y decidimos ponerle fin a esa mentalidad feudal en pleno siglo XX. Así nació la idea de hacernos crecer el cabello, y, sobre todo, la barba. Empezar a conversar con nuestras compañeras, y luego, forjar el Consejo de Estudiantes Normalistas. Nos pusimos a estudiar duro y parejo para tener moral y razones académicas en nuestros reclamos, ser los mejores alumnos, inclusive formamos círculos de estudio.

 

AL CABO DE UNOS MESES

 

Después de una serie de escaramuzas y represalias del cura, el triunfo fue nuestro, logramos que se respete nuestra mayoría de edad y nuestra condición de estudiantes de educación superior.  

 

Jóvenes, esa es la historia de mi barba. A diferencia de la larga barba del cura, según informaciones que nos llegaron de Yurimaguas donde antes trabajó, fue para ocultar un pecado de runamula.

 

Los estudiantes, del Germán Tejada Vela, aprobaron la historia y aplaudieron con mucho entusiasmo y sonrisas.

 

En este conversatorio con los estudiantes, me acompañaba mi entrañable amigo y camarada: Edgardo Vásquez Arbildo, a quien le pareció interesante la pregunta y más aún la respuesta, fue él quien me animo a escribir esta historia que forma una parte interesante de mi vida.

 

LA HISTORIA NO TERMINA AHÍ, VIENE LA LUCHA POR LA UNIVERSIDAD NACIONAL PARA SAN MARTÍN.

 

-Y eso va por mi cuenta- mi barba se convirtió en el germen de una cruenta lucha por una universidad para San Martín.

 

Después de forjar nuestro Consejo de Estudiantes de la Normal, en este trajín estudiantil reivindicativo, nos dimos cuenta y nos pareció fundamental que San Martín tenga una universidad nacional, y luchar por una, nos pareció una causa justa.

 

Acudimos a todas las instancias, autoridades, al periodismo local, nadie nos hacía caso, eso es asunto del gobierno - nos decían-.  Fue así que pensamos en la organización de los estudiantes de 4º y 5º de secundaria.

 

Corría el año 1974 y los dirigentes normalistas nos movilizamos a todos los colegios de Tarapoto, había sólo tres principales: Ofelia Velásquez, Jiménez Pimentel y el colegio de monjas “La Comercial” que hoy se llama Santa Rosa, y, también, al Instituto Nacional Agropecuario. EN CADA COLEGIO FORMAMOS EL CONSEJO DE ESTUDIANTES PRO UNIVERSIDAD.

 

Luego, en una reunión masiva, formamos en 1974: LA COMISIÓN DE COORDINACIÓN Y UNIFICACIÓN ESTUDIANTIL (CCUE) DE TARAPOTO, PRO UNIVERSIDAD. Del cual fui Presidente.

 

Finalmente, a nivel departamental, los primeros meses de 1975 logramos organizar LA COMISIÓN COORDINADORA DEPARTAMENTAL DE  ESTUDIANTES (CCDE), PRO UNIVERSIDAD; en un magno evento departamental llamado “I Encuentro Departamental de Estudiantes PRO UNIVERSIDAD” donde fui elegido Presidente. Aquí se integraron estudiantes de las demás provincias, Moyobamba, Rioja y Lamas.

 

SALIMOS A LAS CALLES DE TARAPOTO

 

En una masiva movilización estudiantil, por primera vez vista en Tarapoto, bien en alto la bandera: POR UNA UNIVERSIDAD NACIONAL PARA SAN MARTÍN. Tampoco nos hicieron caso. Las autoridades nos felicitaban por la iniciativa, y, ahí quedaba la cosa. Fue cuando vino LA TOMA DE LA ZONA DE EDUCACIÓN, en protesta por tanta indiferencia, tuvieron que traer a la Guardia de Asalto de Iquitos para disuadirnos, nos reprimieron duramente, estudiantes secundarios fueron apresados, rapados y llevados a Iquitos, para nosotros los dirigentes decretaron la cárcel.

 

TARAPOTO Y LAMAS EN UNA MASIVA ASAMBLEA POPULAR

 

Lograron nuestra amnistía. También, el pueblo fue reprimido brutalmente en la Plaza de armas de Tarapoto, donde salió herido de bala el profesor de Lamas: Abner Cotrina del Águila.

 

El año 1975, fue el escenario indiscutible de la lucha estudiantil jamás vista en San Martín-Tarapoto: POR UNA UNIVERSIDAD NACIONAL. Fue un hecho histórico, pues logramos el nombramiento de una Comisión de Ancha Base Pro Universidad. Nosotros ya no participamos, porque sólo fue conformada por autoridades y periodistas. Los de la Comisión, sin haber puesto el pecho y la lucha, se llevan la gloria. Así es pues nuestro sistema, los esclavos siembran la tierra y para otros es la cosecha.

 

DE CÓMO FUE NUESTRA EXPULSIÓN DE LA NORMAL DE TARAPOTO

 

El año  1976, el sacerdote español, Javier Burgoa, Director de la Normal, nos agarró a traición, todo estaba en paz, con la Comisión viendo sobre la universidad, cuando este cura, hizo sus trámites en la Zona de Educación, cuyo Director era Patricio Huarcaya y nos expulsaron de la normal en forma definitiva. Con Resolución Directoral Zonal Nº 2049 del 5-11-76. Motivos: “desacato a la autoridad”, “poner en riesgo la vida de los trabajadores de la Zona de educación”, “generar disturbios”. No les importó nuestra amnistía. La venganza fue suprema, pues sólo me faltaba un mes para terminar mis estudios para profesor. Nada pudimos hacer, fue el costo por exigir una universidad para San Martín.

 

Aquí destaco a los maestros moyobambinos: Edgardo Vásquez Arbildo, Naun Chávez García (QEPD) y Darío Mesía Mesa,  que haciendo una cuota económica, me ayudaron para viajar a Ica, donde terminé mi último año de normal. De manera muy especial al abogado moyobambino y asesor legal de la Región de Educación de Ica: William Vásquez Ruiz, quien me llevó a la Escuela Normal de Chincha.

 

ASÍ FUE.

 

LA UNIVERSIDAD NACIONAL SAN MARTÍN QUE HOY DISFRUTAN LOS JÓVENES, ES EL SUDOR Y EXPULSIÓN DE NUESTRO CENTRO DE ESTUDIOS. SI VOLVIERA A SER JOVEN, ESTOY SEGURO QUE LUCHARÍA POR LA UNIVERSIDAD. DESDE ENTONCES, LLEVO LA BARBA BIEN PUESTA. UNA BARBA HISTÓRICA, SÍMBOLO DE REBELDÍA.

 

 

viernes, 6 de septiembre de 2024

GERMÁN MARTÍNEZ LIZARZABURU Y SU LIBRO: “MOYOBAMBA LITERARIO”

 

GERMÁN MARTÍNEZ LIZARZABURU

Y SU LIBRO: “MOYOBAMBA LITERARIO”

Por Carlos Villacorta Valles

odesi12@yahoo.es

 


Publicado en el diario AMANECER-Moyobamba, hoy jueves 5 de setiembre 2024.

 

Casi nadie ha hecho eco de este importante libro: “MOYOBAMBA LITERARIO”, cuyo autor es GERMÁN MARTÍNEZ LIZARZABURU. Editado en setiembre 2021. En las instituciones educativas moyobambinas no está como libro de consulta, porque no se enseña ni la cultura ni la literatura regional, mucho menos local. Esperamos que esto se supere.

 

Voy a comentarlo de manera muy general.

 

¿QUÉ SIGNIFICA PARA MOYOBAMBA EL LIBRO: “MOYOBAMBA LITERARIO”?

 

Somos moyobambinos y amazónicos, por tanto, lo mínimo que podemos hacer es leerlo. “si, interesante, tengo que leerlo”. Me contestan algunos.

 

Este libro, más allá de su gozo estético, para Moyobamba, representa la cultura y literatura que nos falta, porque nadie ha investigado sobre el tema, significa una reflexión del hombre moyobambino y amazónico que pelea cotidianamente por sobrevivir, defender y preservar nuestra cultura y literatura ancestral y, la Amazonía en general.

 

Siendo la literatura, desde la ficción y la realidad, una herramienta fundamental que contribuya con el desarrollo en todos los aspectos de nuestra querida Moyobamba y por ende de la Amazonía. Significa el camino para seguir investigando sobre el tema.

 

El libro, “Moyobamba Literario”, a través de sus líneas y los autores antologados, implícitamente, nos está hablando de una visión en desarrollo, de Moyobamba y su futuro. Sin embargo, los moyobambinos, necesitamos explicitar una visión de nuestro desarrollo.

 

El libro tiene cuatro partes centrales: 1.- “La presencia de Moyobamba literario”. 2.- “Moyobamba literario”. 3.- “Cronología” y 4.- “Representantes literarios”.

 

“LA PRESENCIA DE MOYOBAMBA LITERARIO”

 

Germán Martínez, aunque quizá él no imaginó, al investigar la literatura en Moyobamba y editar su libro: “Moyobamba Literario”, nos está demostrando que, la literatura no es un tema, todavía, que nos conecte a nivel local y regional. Necesitamos urgente esa conexión.

 

Por el lado nacional, Moyobamba solo es vista como parte del Perú, para visitarla como turista, eso está bien, pero no es solo esa la visión que queremos; queremos una visión que favorezca la cultura, la literatura, la educación innovadora, la economía, etc., aspectos ausentes en el ámbito nacional. A no ser, económicamente, para saquear sus riquezas.

 

Una pregunta que me asaltó cuando leí “Moyobamba Literario”: ¿qué pasaría si la Dirección Desconcentrada de Cultura-San Martín, impulsa un proyecto de ley que favorezca y ponga en valor a nivel regional y nacional la cultura y principalmente la literatura en San Martín?

 

Ahora bien, en la Amazonía no tenemos una literatura amazónica, menos literatura moyobambina. El autor, se pregunta sobre ese tema (p.9), pero su respuesta es tangencial, porque habla de su costumbrismo inicial y su realismo actual. Consulta a Cronwell Jara sobre el tema, categóricamente, y muy simplista, le responde: “pero por supuesto, sino no estuviera sentado con ustedes” (p.31).

 

Para que exista una literartura amazónica, debía estar perfilándose una corriente literaria amazónica, lo que no existe. El escritor de la Amazonía escribe porque tiene ese deseo o necesidad de escribir, para comunicar algo local o regional, no adquiere, todavía, ese sentimiento de carácter local, nacional y universal que genere seguidores.

 

Los escritores de la Amazonía tienen que ir superando poco a poco esas técnicas literarias que se sugieren desgastadas para nuestra cosmovisión y, escribir como un programa y un manifiesto. Eso, debe descubrirse una técnica literaria programática y manifestante que genere seguidores, claro, sin descuidar lo estético y la tropologización.

 

Algo podemos encontrar en mi libro “CANTO A MOYOBAMBA”, como ejemplo, extraemos el poema: EL SAQUEO:

 

El arcabuz sorprendió a la lanza/ la pluma fue descuartizada y quemada/ mudas quedaron las orquídeas/ este valle de hermosura/ fue invadida y/  saqueada/ Muyupampa mi amor, que espanto/ Europa carnicera de saqueo y

muerte/ Alonso de Alvarado cayó sobre/ tu caudal verde/ hundiendo tu origen/ Pérez de Guevara llevó tu uña/ descuartizada/ de muestra y trofeo de sangre/ Que nadie diga conquista o/ conquistadores/ fue despreciable saqueo e invasión/ civilización que espera tu decisión/ La principal calle de Moyobamba/

con el nombre de un invasor/ se parece tanto a la invasión/ ¿Por qué la principal calle de/ Moyobamba/ lleva el nombre de quien se revolcó/ en la sangre de la extirpación?/ Eso se parece tanto a la invasión.

 

“MOYOBAMBA LITERARIO”

 

Importante lo que el autor nos recuerda: “NO SE PUEDE OLVIDAR, que la cultura amazónica tiene sus orígenes en las comunidades primigenias de la selva” (p.15). Está hablando, pues, de nuestra cultura ancestral y, por qué no, de nuestro Moyobamba literario, cuya obligación debe ser, bucear en todas las fuentes  posibles que recojan los relatos orales y potenciar de lo poco que tenemos actualmente. Es un reto moyobambino.

 

Por otro lado, hay que preguntarles a los escritores nacionales, por qué en sus narraciones no incluyen temas amazónicos, no de morbo y sensualismo que vende fácil, como lo hizo Vargas Llosa, sino de nuestra cultura ancestral y cultura significativa y representativa actual o, su problemática actual.

 

El libro, también, nos lleva a analizar lo siguiente: si bien, en nuestros escritores moyobambinos está presente parte de la cosmovisión de nuestros pueblos originarios o cosmovisión indígena, falta interpretar, concebir y escribir nuestra realidad moyobambina de manera holística, es decir, en su "totalidad orgánica", en perspectiva de lo regional, nacional y universal. Donde el naturalismo (naturaleza), el idealismo de la libertad y el idealismo objetivo se armonicen y nos conduzcan a la armonía hombre-naturaleza. Ahora estamos separados de la naturaleza y la depredamos, con una cosmovisión depredadora.

 

CRONOLOGÍA Y REPRESENTANTES LITERARIOS

 

El autor echa mano a una importante cronología como marco breve de nuestra literatura en Moyobamba, desde la presencia andina, pasando por la colonia, la república, hasta la época actual,  que, a mi modo de ver, debe estar al principio del libro.

 

Luego, está el rescate de alrededor de 35 representantes literarios como dice el autor, cada autor con alguna de sus producciones literarias.

 

De esta manera, la literatura y sus autores en Moyobamba, van ingresando con fuerza en los sentimientos de los pobladores moyobambinos.

 

“Moyobamba literario”, tácitamente, convoca a las autoridades e instituciones públicas y empresas privadas, a tomar decisiones de apoyo en todo sentido a nuestros escritores, porque forman parte de nuestro desarrollo cultural, educativo y literario.

 

Germán Martínez nos recuerda, que: La esencia de todo ser humano es la sensibilidad social, por tanto, no basta sólo escribir e interpretar el mundo, sino hay que transformarlo. Por ello, invoco a nuestros escritores el compromiso de preservar nuestro ecosistema, el rescate de nuestra cultura y literatura ancestral y su integración militante al desarrollo y lucha cultural actual.

 

Mientras el sueño de la justicia social no sea olvidado habrá esperanza de una vida mejor. La muerte definitiva es el olvido, aunque aparentemente viva, nos dice el grande, José Saramago.