PEDAGOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN Parte XVII
-Crisis de la educación: causas y soluciones-
Por Carlos Villacorta Valles
odesi12@yahoo.es
EL DOCENTE DEBE
SER AMIGO, MAESTRO Y DISCÍPULO DE SUS ALUMNOS. Ello va a generar necesariamente,
una disciplina consciente y racional, justa y voluntaria.
3.15. TRANSFORMAR EL SISTEMA EDUCATIVO MUY DESARTICULADO EN SUS
NIVELES INICIAL, PRIMARIA, SECUNDARIA Y SUPERIOR EN UN SISTEMA INTEGRADO.
El Perú es un país
sometido y subyugado al imperio del capital extranjero, que es lo que complica
el desarrollo de su personalidad y complejiza aún más su multiculturalidad y le
hace sumamente indefinido, fragmentado y difícil.
Todas sus políticas son
impuestas desde afuera, lo que nos desarticula completamente con la realidad,
reflejándose muy pronunciadamente en el ámbito de la cultura (principalmente
medios de información como la TV
y la información radial) y la educación, que son los instrumentos más
utilizados para debilitar y deformar nuestra personalidad como nación y como
ciudadanos auténticos y libres. Esto no es novedad, todo el mundo lo sabe.
Particularmente en educación, aparte de
los miles de problemas que afrontamos por esta situación, tenemos el problema
muy común, cual es el de la desarticulación de los niveles educativos y lo que
es peor, el Ministerio de Educación no tiene o por lo menos no se conoce un
programa o política tendiente a resolverlo.
Hay una insuficiente e inadecuada
relación de niveles educativos. Inicial, primaria, secundaria y superior cada
uno por su lado. Desarticulación por todas las esferas académicas, en todos los
niveles educativos y sobre todo entre la educación y la sociedad. Cada uno al
margen del otro, totalmente desintegrados, con sus responsabilidades propias es
cierto, pero, reitero, cada uno por su lado. Por eso el estribillo de que
secundaria arrastra los problemas de primaria y, algunos docentes secundarios,
socarronamente dicen “los profesores de primaria no trabajan bien” y, los
universitarios se quejan de los secundarios. Quejas de sus protagonistas los docentes
contra docentes, sin ver el fondo del problema y el sistema que lo amamanta.
Por ejemplo, la secundaria lejos de ser
continuación de la primaria es su otra orilla. Pero, lo más desproporcionado,
es el examen de ingreso a las universidades en comparación a lo que se enseña
en las instituciones educativas secundarias. Son dos aspectos diferentes que ha
creado la necesidad de las academias que, prácticamente se han convertido en
otro nivel educativo y el más costoso y el paso indispensable si se quiere
ingresar a la universidad. Ahora los niveles educativos son:
Inicial-primaria-secundaria-academia y superior. Academia que incluso los
pobres estudiantes lo llevan en forma paralela con la secundaria desde el 3er
año. Todo el sistema y ambiente capitalista liberal apunta a la universidad,
pero no prepara para la universidad.
Actualmente se ha dado en
llamar “Educación Básica” a inicial, primaria y secundaria, sin ningún criterio
integrador en la práctica, sólo en el nombre.
Pero, lo más agravante de esta
desarticulación se da entre los resultados académicos (educación-aprendizaje) y
la realidad (sociedad-capacidad). Experimentar que lo que estudio y aprendo no
me sirve para ser eficaz en este mundo de conflictos sociales es desgarrador.
Ver que otro ocupa un lugar inmerecido, sólo
por un cupo politiquero u amiguismo, que es lo mismo decir por corrupción,
realmente desacredita mi nivel educativo.
En este sistema
capitalista es fácil ser un buen alumno y adquirir capacidad, pero ello no me
asegura la oportunidad de ocupar un lugar destacado en la sociedad.
Por esta razón, son los
propios docentes de inicial, primaria y secundaria que deben coordinar y
articular su trabajo y, particularmente los de secundaria deben desarrollar más
trabajo vocacional con sus alumnos, más pegado al mundo de las profesiones. Los
propios docentes deben romper esas vallas que los distancian de cada nivel
educativo, sin desmerecimientos de ninguna clase.
Se impone pues por otro
lado, la lucha permanente por una pedagogía transformadora que contribuya en la
consecución de una Sociedad mejor.
3.16. TRANSFORMAR EL AUTORITARISMO DISCIPLINARIO ESCOLAR EN
CONSECUENTE AUTODISCIPLINA Y/O DISCIPLINA CONSCIENTE, CON UN REGIMEN DE
CORRECCIONES Y ESTÍMULOS DEMOCRÁTICOS.
Si UD. mi querido docente,
hace una reflexión profunda sobre la disciplina, se va a dar cuenta que ésta no
es un instrumento de educación (conforme a veces se cree). Es al revés, la
disciplina es uno de los logros de nuestra educación. Es decir, es el resultado
de la educación que brindamos. Por ejemplo, nos cansamos de hacer normas de
convivencia, repetir reglas, formas de comportamiento, Reglamento interno.
Amenazamos con la sanción, la expulsión, dejar sin recreo, llamar a los padres,
etc. Y, la indisciplina sigue igual o peor, sobre todo cuando no estamos
presentes.
La disciplina no es parte de la naturaleza
humana, son condiciones que es preciso crear por medio de la educación y la
persuasión.
Por el miedo se puede bajar la
indisciplina, es decir la imposición de leyes o reglas, pero el contexto es
hostil, indiferente, incumplimiento de aquellos que deben ser los primeros en
cumplir, entonces algunos niños y jóvenes retan al sistema con un
comportamiento diferente a lo establecido, nos retan a los docentes. ¿Qué se ha
logrado? Nada más que un régimen que no sólo no responde a los intereses en
nuestro caso de los alumnos, sino también un régimen que no se cumple.
Es común observar en algunos docentes una
doble actitud: Cuando están entre ellos, son alegres risueños y desenvueltos y,
cuando entran al aula, se ponen rígidos, serios, con rostro adusto y severo. Se
transforman en “autoridad”. “Si no éstos (alumnos) no me hacen caso”. Dicen.
Ahora bien, tiene que haber una “buena
disciplina”, pero ésta tiene que ser racional y justa y el que cumple tiene que
estar consciente de ello, es decir participar, proponer y aprobar y luego
aplicarlo voluntariamente. Estoy diciendo que el alumno democráticamente debe
proponer sus formas de comportamiento, discutirlo y analizarlo en una Asamblea
Escolar exclusivo para ello. Es lo justo. Es lo que reclamamos a las
autoridades. Son ensayos de una Escuela nueva y mejor en perspectiva de la
forja de una Sociedad mejor. ¿Quién lo tiene que hacer? Sólo un docente justo.
EL DOCENTE DEBE SER AMIGO, MAESTRO Y DISCÍPULO DE SUS ALUMNOS. Ello va a
generar necesariamente una disciplina consciente y racional, justa y
voluntaria.
Necesitamos entonces una
disciplina consciente y racional, justa y voluntaria. Ante todo democrática
¿Cómo lograrlo?:
1.- El docente debe hacer el esfuerzo de
inculcar a sus alumnos objetivos y metas y cómo lograrlos y cumplirlos.
2.- Debe entender el docente que la
disciplina no es uniforme, cada alumno tiene sus características y forma de
trato.
3.- Debe crearse Asambleas
Escolares para ello, quien sabe para todo, donde sea el escenario del análisis
y la síntesis, de la propuesta y el debate, de la teoría y la práctica, donde
se acuerdo y se aplique, para luego volver a analizar lo cumplido y lo no
cumplido y sacar lecciones de los errores. Quien piense que el alumno no puede,
está equivocado, muchos lo decimos por experiencia. Al principio por supuesto es complicado, al final lo nuevo se impone.
4.- En el caso de problemas serios de
conducta o aprendizaje, debe formar pequeños colectivos de apoyo: Los amigos
solidarios que vienen a ser los guías y asesores del niño y/o joven en
dificultad y planificar juntos la alternativa de solución, jugando dialogando y
persuadiendo.
La palabra clave es persuadir, para
crear conciencia. Se moviliza toda el aula y, cada logro debe ser celebrado con
júbilo también por toda el aula. Al final vamos a tener estudiantes
observadores y reflexivos y poco a poco vamos a lograr una disciplina
consciente y democrática.
La persuasión y la
educación antes que la imposición. Es decir crear la necesidad de la disciplina
y luego la autodisciplina.
Cierto nivel de severidad
es necesaria algunas veces, pero como parte de la lección. Son los extremos: No
es lo mismo decir por ejemplo ¡No lo hagas!, (con violencia y severidad), a
decir, por favor no lo hagas, con firmeza y persuasión.
Que el sistema no te deja,
pues hay que sacarle la vuelta al sistema; aplicando una pedagogía
transformadora, que contribuya con una sociedad consciente y mejor.
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