viernes, 13 de julio de 2018

PEDAGOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN Parte XVII


PEDAGOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN Parte XVII
-Crisis de la educación: causas y soluciones-
                                                                       Por Carlos Villacorta Valles
                                                                                odesi12@yahoo.es



EL DOCENTE DEBE SER AMIGO, MAESTRO Y DISCÍPULO DE SUS ALUMNOS. Ello va a generar necesariamente, una disciplina consciente y racional, justa y voluntaria.



3.15. TRANSFORMAR EL SISTEMA EDUCATIVO MUY DESARTICULADO EN SUS NIVELES INICIAL, PRIMARIA, SECUNDARIA Y SUPERIOR EN UN SISTEMA INTEGRADO.


El Perú es un país sometido y subyugado al imperio del capital extranjero, que es lo que complica el desarrollo de su personalidad y complejiza aún más su multiculturalidad y le hace sumamente indefinido, fragmentado y difícil.

Todas sus políticas son impuestas desde afuera, lo que nos desarticula completamente con la realidad, reflejándose muy pronunciadamente en el ámbito de la cultura (principalmente medios de información como la TV y la información radial) y la educación, que son los instrumentos más utilizados para debilitar y deformar nuestra personalidad como nación y como ciudadanos auténticos y libres. Esto no es novedad, todo el mundo lo sabe.

     Particularmente en educación, aparte de los miles de problemas que afrontamos por esta situación, tenemos el problema muy común, cual es el de la desarticulación de los niveles educativos y lo que es peor, el Ministerio de Educación no tiene o por lo menos no se conoce un programa o política tendiente a resolverlo.

      Hay una insuficiente e inadecuada relación de niveles educativos. Inicial, primaria, secundaria y superior cada uno por su lado. Desarticulación por todas las esferas académicas, en todos los niveles educativos y sobre todo entre la educación y la sociedad. Cada uno al margen del otro, totalmente desintegrados, con sus responsabilidades propias es cierto, pero, reitero, cada uno por su lado. Por eso el estribillo de que secundaria arrastra los problemas de primaria y, algunos docentes secundarios, socarronamente dicen “los profesores de primaria no trabajan bien” y, los universitarios se quejan de los secundarios. Quejas de sus protagonistas los docentes contra docentes, sin ver el fondo del problema y el sistema que lo amamanta.

      Por ejemplo, la secundaria lejos de ser continuación de la primaria es su otra orilla. Pero, lo más desproporcionado, es el examen de ingreso a las universidades en comparación a lo que se enseña en las instituciones educativas secundarias. Son dos aspectos diferentes que ha creado la necesidad de las academias que, prácticamente se han convertido en otro nivel educativo y el más costoso y el paso indispensable si se quiere ingresar a la universidad. Ahora los niveles educativos son: Inicial-primaria-secundaria-academia y superior. Academia que incluso los pobres estudiantes lo llevan en forma paralela con la secundaria desde el 3er año. Todo el sistema y ambiente capitalista liberal apunta a la universidad, pero no prepara para la universidad.

Actualmente se ha dado en llamar “Educación Básica” a inicial, primaria y secundaria, sin ningún criterio integrador en la práctica, sólo en el nombre.

      Pero, lo más agravante de esta desarticulación se da entre los resultados académicos (educación-aprendizaje) y la realidad (sociedad-capacidad). Experimentar que lo que estudio y aprendo no me sirve para ser eficaz en este mundo de conflictos sociales es desgarrador.

 Ver que otro ocupa un lugar inmerecido, sólo por un cupo politiquero u amiguismo, que es lo mismo decir por corrupción, realmente desacredita mi nivel educativo.

En este sistema capitalista es fácil ser un buen alumno y adquirir capacidad, pero ello no me asegura la oportunidad de ocupar un lugar destacado en la sociedad.

Por esta razón, son los propios docentes de inicial, primaria y secundaria que deben coordinar y articular su trabajo y, particularmente los de secundaria deben desarrollar más trabajo vocacional con sus alumnos, más pegado al mundo de las profesiones. Los propios docentes deben romper esas vallas que los distancian de cada nivel educativo, sin desmerecimientos de ninguna clase.

Se impone pues por otro lado, la lucha permanente por una pedagogía transformadora que contribuya en la consecución de una Sociedad mejor.

3.16. TRANSFORMAR EL AUTORITARISMO DISCIPLINARIO ESCOLAR EN CONSECUENTE AUTODISCIPLINA Y/O DISCIPLINA CONSCIENTE, CON UN REGIMEN DE CORRECCIONES Y ESTÍMULOS DEMOCRÁTICOS.

Si UD. mi querido docente, hace una reflexión profunda sobre la disciplina, se va a dar cuenta que ésta no es un instrumento de educación (conforme a veces se cree). Es al revés, la disciplina es uno de los logros de nuestra educación. Es decir, es el resultado de la educación que brindamos. Por ejemplo, nos cansamos de hacer normas de convivencia, repetir reglas, formas de comportamiento, Reglamento interno. Amenazamos con la sanción, la expulsión, dejar sin recreo, llamar a los padres, etc. Y, la indisciplina sigue igual o peor, sobre todo cuando no estamos presentes.

 La disciplina no es parte de la naturaleza humana, son condiciones que es preciso crear por medio de la educación y la persuasión.

      Por el miedo se puede bajar la indisciplina, es decir la imposición de leyes o reglas, pero el contexto es hostil, indiferente, incumplimiento de aquellos que deben ser los primeros en cumplir, entonces algunos niños y jóvenes retan al sistema con un comportamiento diferente a lo establecido, nos retan a los docentes. ¿Qué se ha logrado? Nada más que un régimen que no sólo no responde a los intereses en nuestro caso de los alumnos, sino también un régimen que no se cumple.

      Es común observar en algunos docentes una doble actitud: Cuando están entre ellos, son alegres risueños y desenvueltos y, cuando entran al aula, se ponen rígidos, serios, con rostro adusto y severo. Se transforman en “autoridad”. “Si no éstos (alumnos) no me hacen caso”. Dicen.

      Ahora bien, tiene que haber una “buena disciplina”, pero ésta tiene que ser racional y justa y el que cumple tiene que estar consciente de ello, es decir participar, proponer y aprobar y luego aplicarlo voluntariamente. Estoy diciendo que el alumno democráticamente debe proponer sus formas de comportamiento, discutirlo y analizarlo en una Asamblea Escolar exclusivo para ello. Es lo justo. Es lo que reclamamos a las autoridades. Son ensayos de una Escuela nueva y mejor en perspectiva de la forja de una Sociedad mejor. ¿Quién lo tiene que hacer? Sólo un docente justo. EL DOCENTE DEBE SER AMIGO, MAESTRO Y DISCÍPULO DE SUS ALUMNOS. Ello va a generar necesariamente una disciplina consciente y racional, justa y voluntaria.

Necesitamos entonces una disciplina consciente y racional, justa y voluntaria. Ante todo democrática ¿Cómo lograrlo?:

      1.- El docente debe hacer el esfuerzo de inculcar a sus alumnos objetivos y metas y cómo lograrlos y cumplirlos.

      2.- Debe entender el docente que la disciplina no es uniforme, cada alumno tiene sus características y forma de trato.

3.- Debe crearse Asambleas Escolares para ello, quien sabe para todo, donde sea el escenario del análisis y la síntesis, de la propuesta y el debate, de la teoría y la práctica, donde se acuerdo y se aplique, para luego volver a analizar lo cumplido y lo no cumplido y sacar lecciones de los errores. Quien piense que el alumno no puede, está equivocado, muchos lo decimos por experiencia. Al principio por supuesto  es complicado, al final lo nuevo se impone.

      4.- En el caso de problemas serios de conducta o aprendizaje, debe formar pequeños colectivos de apoyo: Los amigos solidarios que vienen a ser los guías y asesores del niño y/o joven en dificultad y planificar juntos la alternativa de solución, jugando dialogando y persuadiendo.

       La palabra clave es persuadir, para crear conciencia. Se moviliza toda el aula y, cada logro debe ser celebrado con júbilo también por toda el aula. Al final vamos a tener estudiantes observadores y reflexivos y poco a poco vamos a lograr una disciplina consciente y democrática.

La persuasión y la educación antes que la imposición. Es decir crear la necesidad de la disciplina y luego la autodisciplina.

Cierto nivel de severidad es necesaria algunas veces, pero como parte de la lección. Son los extremos: No es lo mismo decir por ejemplo ¡No lo hagas!, (con violencia y severidad), a decir, por favor no lo hagas, con firmeza y persuasión.

Que el sistema no te deja, pues hay que sacarle la vuelta al sistema; aplicando una pedagogía transformadora, que contribuya con una sociedad consciente y mejor.


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