O LOS
ORGANISMOS DE ESCRITORES SE CONSOLIDAN, O ESTE 2025 SE FORJAN NUEVOS ORGANISMOS
Por
Carlos Villacorta Valles
carlosvillacortavalles@gmail.com
El balance 2024 de las organizaciones de
escritores nos deja un saldo negativo, todos ellos han hecho actividades para
ellos, ninguno se puso al servicio de los escritores, menos al servicio de
nuestro pueblo. Eso, desde años.
Muchos de ellos, por concepción, otros por
negligencia y, cuando no, algunos, por intereses personales o grupo de “amigos”.
Al final de cuentas, terminan sirviendo al sistema y, a ese 1% que controla el
poder económico, a quienes les conviene escritores indiferentes, alejados de la
vida social-política; al decir de Mariátegui: “La minoría explotadora necesita
y alienta un arte y literatura que
corteje y adule su gusto mediocre. Quiere, en todo caso, un arte consagrado por
sus peritos y tasadores”. Asimismo, que adormezca la mente de la juventud,
basado en una concepción marcadamente individualista, que pregone el hedonismo.
NADIE
ESCRIBE SIN TENER NADA
Es decir, el escritor y el artista, adquieren
en su hogar, la escuela y la sociedad, los conocimientos y la cultura dominante
en ese momento histórico. Por ejemplo, el artista originario utiliza la
oralidad y representación plástica - pintura y escultura - como un medio de
entender y dominar la realidad, desempeñando un rol decisivo en su comunidad.
Si la caza y la pesca, y después la agricultura, les resultaba adversos, el
artista narraba los mitos cosmogónicos relacionados con el problema a resolver.
Eso no lo podemos olvidar. El Poema de Gilgamesh*, escrito aproximadamente el
año 2000 a.C. en caracteres cuneiformes y del que se conservan 12 tablillas de
arcilla, nos narra sus preocupaciones sobre la inmortalidad, el sentido de la
vida y el dolor humano. Así pues, el artista en sus orígenes siempre estuvo
comprometido con las tareas de mejorar la sociedad y la vida.
El poeta muestra en su poesía, no solo un
juego de imágenes y belleza, sino su pensamiento y sus concepciones. La poesía es la concepción y las ideas
del poeta, que se muestran o se esconden. El escritor y el artista, como
cualquier persona, son sujetos sociales, ideológicos y políticos, por tanto, la
mente está cargada de ideología y política, al margen de nuestra voluntad. Es
cuestión de reflexionar y tomar posición. El problema es de sensibilidad social.
La sensibilidad social es base y esencia de la condición humana.
LA
BRUTALIDAD DEL SISTEMA NO NOS PUEDE SER AJENA
La aparición de la propiedad privada como
base institucional socio-económica de la sociedad, prioriza el dinero sobre el
ser humano, generando el individualismo y el egoísmo como principios de su
quehacer cotidiano, y una brutal desigualdad, dejando a nuestro pueblo en la
pobreza extrema.
En este contexto brutal, el arte y la
literatura se elitizan, y, de una u otra manera sirven a los que controlan el
poder económico. Nos hacen creer que somos libres y podemos escribir lo que
queremos, pero si razonamos y analizamos la situación, lo que hacen es
manipularnos y controlarnos.
Frente a esta situación, el escritor se
encuentra en un dilema ¿Qué escribo? ¿Para quién escribo? ¿Denuncio las
injusticias o me quedo callado? Los artistas se encuentran en la misma
situación, ¿qué pinto? ¿Qué canto? Etc.
NECESITAMOS
QUE LOS ESCRITORES Y LOS ARTISTAS PIENSEN Y SE ORGANICEN PARA SERVIR A NUESTRO
PUEBLO Y A LOS PROPIOS ESCRITORES Y ARTISTAS
Primero, hay que reconocer que, la literatura
y el arte se nutren de la realidad social, de la vida del pueblo, y la refleja
según las leyes de la creación artística.
Segundo, el escritor y el artista,
conscientes, deben representar, críticamente, su tiempo y su sociedad. Hasta
ahora, en su gran mayoría, sólo estamos haciendo arte por el arte. Esto nos
crea la necesidad de forjar nuevos organismos que sirvan a nuestro pueblo y se
nutran de él. "Todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia él”.
Diría Vallejo.
NUEVO ROL
DEL ESCRITOR Y EL ARTISTA
Javier Heraud, que lo comprendió a los 18
años escribe: “la poesía es/el grito de los pueblos oprimidos/el nuevo canto/de
los pueblos liberados”.
Bertolt Brecht, denunciaba: ¡”por cierto que
vivo/en una época sombría/el verbo anodino/no es más que una tontería!/ !Qué
tiempos estos en que/hablar de árboles/es casi un crimen/pues implica/el
silencio de tantas fechorías”¡
Mariátegui, dice categórico: “Sobre la suerte
de los artistas contemporáneos pesa, excesivamente, la dictadura de la prensa.
Los periódicos –y la TV- pueden exaltar al primer puesto a un artista mediocre
–mejor si defiende el sistema- y puede relegar al último a un artista
altísimo”. –generalmente el crítico del sistema. (El artista y la época. Pág. 16).
Ahora que notamos un alto crecimiento
demográfico de escritores y artistas, les hacemos un llamado, que caminen por
el lado de nuestro pueblo. Salvemos la destrucción de nuestra cultura, de la
contaminación y estupidización de la mente de nuestros niños y jóvenes, de su
precoz despertar sexual y su alejamiento notorio de las buenas lecturas y el
estudio. Esta estupidización y terrorismo mediático es escandaloso, sin
límites, no sólo por la desinformación y las mentiras mediáticas, sino por la
difusión de programetes que son fábrica de personajes insulsos, eróticos e
inflados físicamente, dirigidos a nuestros adolescentes y niños.
¿SERÁ QUE
PODEMOS SEGUIR INDIFERENTES O SEGUIR CALLANDO?
La indiferencia es la peor de las traiciones.
Un día nos preguntarán nuestros niños y jóvenes, ¿qué es lo que hicimos cuando ahogaban las
voces de los pueblos del mundo y los hombres humildes? ¿Qué hicimos cuando
nuestros niños y jóvenes se morían de hambre y miseria? ¿Qué hicimos cuando los
niños y jóvenes no asistían al colegio porque tenían que trabajar y quemaban
tempranamente su fragilidad, su ternura y su vida? ¡Dirás que eres neutro! ¡Dirás
que eres apolítico o buscarás otra justificación absurda! No te olvides, ese
día llegará.
La literatura y el arte deben ser un canto de
libertad. Los escritores estamos obligados a practicar la tierna rebeldía.
Sentir, vivir, reflexionar, practicar y transformar es el signo de nuestros
tiempos. Involucrar a todos los escritores y artistas. Esa debe ser nuestra
razón de vivir y escribir. Mientras el sueño de la justicia social no sea
olvidado habrá esperanza de una vida mejor. La muerte definitiva es el olvido,
aunque aparentemente viva, nos dice el grande, José Saramago.
Por tanto, necesitamos un organismo que una a
todos, escritores y artistas, que mejore su condición y los ayude a editar sus obras
a bajo costo, en su venta y posicionamiento local, nacional e internacional.
*http://www.historiaantigua.es/descargas/files/La%20Epopeya%20de%20Gilgamesh.pdf