MEMORIA, POESÍA Y
RESISTENCIA CULTURAL
Carlos Villacorta Valles
La invasión genocida española,
que vivimos los pueblos de América Latina a partir del 12 de octubre de 1492, fue
exterminación y esclavitud con el nombre de “colonia” y, ello, nos convierte en
sujetos indignados y denunciadores. Proceso que pasa fundamentalmente por
recuperar la memoria. Lo manifestamos con los actos poéticos y artísticos de
RESISTENCIA CULTURAL PERMANENTE, particularmente el 12 de octubre, con el afán
de recuperar nuestra verdadera historia y cultura en su esencia de AYNI,
fraternidad, alternabilidad y reciprocidad. Una sociedad tawantinsuyana
comunitaria que repartía a cada quien según su capacidad y según su necesidad,
si bien, con todos sus defectos clasistas, pero nadie se moría de hambre y de
enfermedades curables.
Esta recuperación, en sí misma y
para los demás, debe tener un programa cultural; ¿qué recuperamos? Y ¿Para qué?
Debe también poseer sus investigadores, historiadores e intelectuales,
artistas, poetas, narradores organizados sólidamente. Empezando por tener bien
claro y sencillo, nuestra situación de alienación y dominación cultural.
Ahora bien, el mayor obstáculo
que encontramos, es el lazo fuerte que aún existe de las clases que tienen el
control económico con el sentimiento “colonial virreinal”, una especie de
sentimentalismo ideológico de amor a lo extranjero y que se impone
culturalmente a los grandes sectores populares. Por lo mismo que nuestra
historia ha sido escrita por los europeos y se transmiten en forma permanente
por los medios de comunicación y los libros de historia que se enseñan en las
instituciones educativas. La mejor prueba de ello es el titulo que permanece
incólume por años y años, “descubrimiento
y conquista de América”, cuando realmente fue una invasión.
Los más osados colonialistas
dicen “encuentro de dos culturas” y,
al decirlo y escribir la historia, saben lo que están haciendo, inmovilizarnos,
contentarnos, al final de cuentas, seguir sometiéndonos en una lucha diaria
entre colonizador y colonizado. Inmóviles y contentos diremos “eso ya pasó”, con suprema ingenuidad cantaremos
“somos libres, seámoslo siempre”, cuando
desde el fondo sabemos que eso no es así, pero estamos inmovilizados. Nuestros
pueblos originarios, desde el principio y hasta estos momentos de la invasión
han resistido, así lo demostraron el 5 de junio del 2009 cuando el gobierno
aprista pretendió vender territorios amazónicos, resistieron colectivamente y
entregaron heroicamente sus vidas contra tal afrenta, ahora conocida como el
“baguazo”.
Frente a esta permanente lucha
cultural, que cada 12 de octubre nos recuerda, la poesía y todas las artes, no
sólo deben ser creaciones literarias y estéticas, sino ante todo, unidad de acción
y dignificación del espíritu tawantinsuyano, unidad dentro de lo divergente. El
AYNI debe ser la esencia de este trabajo unitario respetando lo divergente. Los
escritores(as) y demás artistas contemporáneos deben alumbrar con su palabra y
arte el misterio de la libertad definitiva. Recuperando nuestra memoria y
nuestras raíces originarias, exigir nuevas formas de relación interétnica. Así,
memoria, poesía y resistencia cultural permanente.
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