EDUCACIÓN
ACTUAL: PROMESAS Y CONTRADICCIONES
Por Carlos
Villacorta Valles
carlosvillacortavalles@gmail.com
Jueves 21 de
agosto 2025
Diario Regional AMANECER.
Moyobamba-Región San Martín.
Volveré
con este tema cuantas veces sea necesario, porque la falta de una buena
educación, nos vuelve seres sumisos, fáciles de manipular por el poder político
y mediático. Ejemplo: el pueblo vota, pero no gobierna; vivimos bajo un régimen
delincuencial y muchos gritamos en silencio. Nos falta PLENITUD EDUCATIVA. El
sistema nunca te lo dará, TÚ tienes que forjarlo, con perseverante y profunda
AUTOEDUCACIÓN.
Señala
magistralmente, Mariátegui (año vigente). Temas
de Educación: “El Estado, cualquier que él sea, no puede renunciar a la
dirección y al control de la educación pública. ¿Por qué? Por la razón notoria de
que el Estado es el órgano de la clase dominante. Tiene, por ende, la función
de conformar la enseñanza con las necesidades de esta clase social” (p. 37).
Reitero:
TÚ tienes que forjarlo, con perseverante y profunda AUTOEDUCACIÓN.
EDUCACIÓN ACTUAL: PROMESAS Y
CONTRADICCIONES
Pese a los avances tecnológicos y científicos del
siglo XXI, enfrenta una paradoja: mientras se abren las puertas a la
inteligencia artificial y la biotecnología, los sistemas educativos siguen
atados a esquemas del siglo XIX.
La educación sigue como una herramienta de control
ideológico y laboral, se mercantiliza y forma mano de obra adaptada al mercado,
pero no ciudadanos críticos.
Henry Giroux (2005) advierte: la “pedagogía
dominante” neoliberal, convierte a la escuela en una “máquina de adiestramiento
para la competitividad” (p. 47).
EN EL PERÚ
La escuela sigue siendo memorista, libresca y
desconectada de las necesidades sociales y productivas de los pueblos.
En un contexto de hegemonía neoliberal, el currículo
oficial prioriza competencias técnicas al servicio del mercado, en detrimento
de la conciencia crítica; subordinado a los intereses de quienes controlan el
poder económico: se entrena a los estudiantes para la obediencia y la sumisión.
El rol del docente ha sido vaciado de sentido crítico.
Son reducidos a gestores de papelería y ejecutores de políticas
verticales. Se les atosiga con burocracia, evaluaciones estandarizadas y exigencias
administrativas, pero se les niega una formación continua y científica.
SE PRETENDE RESOLVER LA CRISIS CON
“CALIDAD EDUCATIVA” Y “EDUCACIÓN POR COMPETENCIAS”
Las peores recetas para nuestro pueblo y nuestros
niños, pero muy buenas para los que controlan el poder económico.
“CALIDAD EDUCATIVA”
La categoría “calidad” en educación viene de la
lógica industrial-capitalista: medir insumos, procesos y productos con
estándares fijos, como si fueran tornillos o latas de conserva. Esa noción
convierte al estudiante en “producto final” y a la escuela en “fábrica de
competencias”, algo que deshumaniza el sentido educativo.
Lo más correcto es PLENITUD EDUCATIVA.
La Plenitud Educativa es el proceso integral,
continuo y transformador mediante el cual cada persona y comunidad desarrolla
sus capacidades, saberes y valores en diálogo con su entorno, con el fin de
alcanzar la dignidad, la libertad y el bienestar colectivo. La plenitud no tiene
fin.
En lugar de “calidad educativa”, debe hablarse de
Plenitud Educativa, lo que implica:
- Evaluar
no solo aprendizajes cognitivos, sino también desarrollo humano,
autonomía, creatividad, participación ciudadana y bienestar colectivo.
- Diseñar
currículos que integren saberes científicos, tecnológicos y ancestrales en
equilibrio.
- Medir
la educación por su capacidad de fortalecer vínculos comunitarios,
justicia social y conciencia crítica, no por pruebas estandarizadas.
- Promover
un proceso de aprendizaje inclusivo y diverso, donde cada estudiante
encuentre sentido y proyección de vida.
“EDUCACIÓN POR COMPETENCIAS”
El concepto de “competencia” tampoco nació en el campo
pedagógico, sino en el terreno de la producción industrial y empresarial. En
las fábricas del siglo XIX y XX, la “competencia” se entendía como la capacidad
del obrero para cumplir una tarea específica de manera eficiente, medible y rentable
dentro de la lógica de la producción en serie y la división del trabajo. Trasladar
esta noción al ámbito educativo implica, por tanto, una reducción del ser
humano a su dimensión productiva y utilitaria, subordinando su formación a
criterios de mercado y de empleabilidad.
Así, los sistemas educativos debían alinearse con las
demandas del mercado laboral globalizado, priorizando la competitividad por
encima del desarrollo pleno de los estudiantes. De allí surgen los modelos de
currículo por competencias que han inundado los ministerios de educación,
particularmente en países sujetos a EEUU.
En lugar de “competencias” medibles y estandarizadas,
debemos hablar de capacidades humanas plenas y de un proceso educativo
que prepare a los estudiantes para ser no solo trabajadores, sino
principalmente ciudadanos libres, sujetos pensantes y transformadores. Con
libertad, dignidad y plenitud humana.
POR OTRO LADO, APARECEN NUEVOS
TRATOS AL NIÑO Y ADOLESCENTE, PERO SOBRE EL VACÍO FORMATIVO DE DOCENTES Y LA
FAMILIA
En efecto, la escuela y la sociedad han dado un giro
hacia la defensa de los derechos del niño y del adolescente,
reconociéndolos como sujetos de derecho y no como objetos de castigo o disciplina.
Esto ha traído avances positivos: fin del maltrato físico y respeto a su voz,
pero también ha generado un vacío formativo en docentes y familias.
Convirtiendo las escuelas en centros de indisciplina y faltamiento del respeto.
EL PROBLEMA ES DOBLE:
1. CAMBIO NORMATIVO SIN CAMBIO CULTURAL
NI PEDAGÓGICO: las leyes y
normas prohíben el castigo físico y psicológico, pero no se ha formado a los
maestros ni a los padres en estrategias de disciplina positiva, manejo
emocional ni acompañamiento psicosocial. Dando como resultado a que los docentes
se sienten desarmados ante la indisciplina, y muchos padres terminan
siendo permisivos.
2. NUEVA PSICOLOGÍA, VIEJAS
ESTRUCTURAS: se exige una
“nueva psicología” para entender al niño y joven como ser crítico, sensible
y creativo, pero la escuela sigue funcionando con modelos autoritarios,
verticales o memorísticos. El docente no ha sido preparado para trabajar habilidades
socioemocionales, resolución pacífica de conflictos, comunicación asertiva,
motivación intrínseca y acompañamiento integral. Los padres tampoco han
recibido herramientas para ser aliados educativos, y se genera un
desfase entre lo que exige la norma y lo que ocurre en casa y la escuela.
¿QUÉ SE NECESITA?
·
Formación docente en inteligencia
emocional, neurociencia del aprendizaje, psicología positiva, enfoques de
disciplina sin violencia.
·
Escuela de padres, no como
charlas aisladas, sino como programa continuo, con talleres prácticos
sobre comunicación con hijos, límites claros con desarrollo autónomo.
·
Política pública integral: escuelas y familias con psicólogos, tutores,
mediadores y programas comunitarios.
Ello implica repensar el currículo, devolver la
centralidad a la filosofía y la historia. Corresponde a los maestros, como dice
Mariátegui, no ser simples transmisores: debe recuperar la filosofía, la
historia, el arte y la cultura viva de nuestros pueblos, integrando a la
vez las herramientas digitales y el pensamiento científico. Solo así la
educación dejará de ser un mecanismo de domesticación para convertirse en proceso
de emancipación.
Bibliografía
- Althusser, L. (2021). Ideología
y aparatos ideológicos del Estado. París: Maspero.
- Freire, P. (1970). Pedagogía
del oprimido. Montevideo: Tierra Nueva.
- Giroux, H. (2005). Estudios
culturales, pedagogía crítica y política de la educación superior.
- Mariátegui, J. C. (1928). Siete
ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima: Amauta.
- UNESCO (2021). Reimaginar
juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación.
París: UNESCO.
- Giroux, H. (1983). Teoría y resistencia en educación. Bergin y Garvey.
- OCDE
(1997). Definición y selección de competencias (DeSeCo). Publicaciones de
la OCDE.
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